El tasador inmobiliario Euroval ha publicado un informe en el que asegura que la actividad inmobiliaria en España está todavía muy lejos de los niveles alcanzados hace una década. En concreto, según datos de una simulación realizada,  la actividad inmobiliaria  apenas es en la actualidad una cuarta parte de la alcanzada durante el momento de mayor auge inmobiliario.  Y es que, a juicio de la tasadora, a pesar de la incipiente recuperación, la crisis económica sigue pasando factura a la actividad del sector inmobiliario español.

En su informe, Euroval pone de manifiesto que en estos momentos las hipotecas constituidas, los ingresos y los gastos de construcción o las transacciones efectuadas en el sector inmobiliario, están muy por detrás de los de hace 10 años.

Y también muestra que existen grandes diferencias por regiones. Así, mientras que en Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana o Cantabria, las regiones más afectadas por la especulación y la crisis inmobiliaria, la actividad inmobiliaria estaba en un 100% en 2004, en la actualidad se encuentra en el 13%. Las comunidades que están mejorando su actividad en este sector en comparación con 2004 son Baleares (45%), País Vasco (28%) o Navarra y Extremadura (22% en ambas).

Euroval, asegura que no hay casos conocidos de sectores económicos, con un peso similar en el PIB de un país como el que tuvo el inmobiliario en su momento de mayor auge, que sufran en menos de una década pérdidas que superan el 80%.

Para medir las dimensiones de la situación, la tasadora se fija en las tasaciones realizadas; así, en 2006 los niveles de tasación rondaban los 1,3 millones de procedimientos, frente a los 625.000 actuales. En 2016, la comunidad con mayor número tasaciones fue Andalucía, con 129.200. Por detrás, le siguen Cataluña, con 120.400; Madrid, con 85.300, y la Comunidad Valenciana, con 76.700.

Y quiere destacar Euroval el comportamiento anómalo que está teniendo la demanda de vivienda en España, ya que pese al importante ajuste de precios, se observa una débil demanda, que debe achacarse a la  incertidumbre de la economía y la debilidad y mala calidad del empleo». Los datos de la tasadora también reflejan que este «débil» crecimiento se ha concentrado en las viviendas principales sobre todo, que han pasado de las 15 millones de unidades de 2004 a las 18 millones del pasado año. En éste sentido la tasadora muestra que las viviendas terminadas en ese año estaban en torno a 536.600 inmuebles, casi el doble de las iniciadas, mientras que en 2016 estas cifras fueron de 50.351 y 34.351 unidades, respectivamente.