Con Casado corren nuevos tiempos en el PP, y no van a ser buenos ni para la ética ni para la corrupción. Ni hablemos de deontología que para los políticos es una palabra que no existe. No habrá consecuencias internas en el PP de Madrid tras la condena del Tribunal de Cuentas a la exalcaldesa de Madrid Ana Botella y a otros seis exconcejales de su equipo por el daño causado a las arcas públicas. Quebranto económico producido al vender viviendas públicas de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS) a un fondo buitre por un precio inferior al de mercado. La larga mano de Aznar vuelve a controlar el partido
Desde la dirección del PP de Madrid aseguraron a la Cadena Ser que no tienen previsto elevar este caso al Comité de Derechos y Garantías del partido «porque no estamos ante una condena penal, no hay enriquecimiento personal y no hay corrupción», aseguran estas fuentes. Por tanto, en el PP no ven necesario aplicar el código ético contra los condenados que ostentan cargos públicos o los que forman parte del núcleo duro del partido.
Nada más conocida la condena, el Partido Popular, erigido en defensor y portavoz de los condenados, manifestó que “la sentencia del Tribunal de Cuentas será recurrida en tiempo y forma por todos los miembros de la anterior Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid«. También los propios condenados han esgrimido que no intervinieron en la operación de compraventa y que se limitaron, en su calidad de junta general de accionistas de la empresa municipal de vivienda, a ratificar el plan de viabilidad que había aprobado el consejo de administración.
De los exconcelajes incriminados, hay varios que siguen ejerciendo como cargos públicos en diferentes instituciones de la Comunidad de Madrid
Es el caso de Enrique Núñez, Viceconsejero de Justicia y de Diego Sanjuanbenito, director general del Medio Ambiente, quienes no serán destituidos «porque no estamos ante un caso de corrupción», concluyó el Presidente madrileño, Ángel Garrido.
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