La pobreza se ha instalado en España y  atenaza a más de 660.000 familias.  Este es uno más de los datos que el estudio «La ocupación ilegal: realidad social, urbana y económica» del Instituto Cerdá pone de manifiesto. Junto con el de que más de 67.000 familias -algo más de 260.000 personas- ocupan casas  de una manera ilegal. Y la situación no mejora a pesar de los bombos y platillos que se tocan y retocan desde el Gobierno.

El Cerdá asegura que el incremento que se está produciendo en las ocupaciones de vivienda se debe a la persistencia al alza de la pobreza, y a  la demoledora escasez de un parque suficiente de vivienda social, que cohexiste con un inmenso parque vacío de viviendas. A esta situación estructural hay que sumarle una administración que parece que mira hacia otro lado y unos procedimientos legislativos  y administrativos ineficaces y lentos.

Para las administraciones las ocupaciones suponen costes de gestión, de credibilidad política y situaciones de crisis permanente al no poder atender las demandas de las personas sin hogar.

En el aspecto económico el Instituto Cerdá asegura que los inmuebles en los que existen pisos ocupados pierden entre un 25 y un 40% de su valor de mercado. Peores cifran tienen los pisos ocupados, que llegan a perder hasta el 60% de su valor.

La mayor parte de las ocupaciones, más de un 75%, son ocupaciones de personas no conflictivas y derivadas de casos de necesidad extrema. Junto a la ocupación, que abunda más en pisos antiguos, abandonados o inacabados, se producen también conexiones ilegales a las redes de gas, agua y luz que pueden entrañar diversos riesgos, no sólo para las familias ocupantes, sino para el entorno. A lo que tienen que sumar las familias «ocupas» la insalubridad, inseguridad y stress que significan malvivir de esa manera.

El estudio hace especial hincapié en las necesidades que tiene España de vivienda social y que tan sólo en Cataluña se calcula en 230.000 viviendas. Cifra mucho mayor que las disponibles en todo el estado, que no llegan al 2,5%  y que si comparamos con la media de la Unión Europea, que es de un 15%, nos dejan en muy mala posición, en el furgón de cola.

El estudio del Cerdá también subraya que los hogares sin ningún tipo de ingresos se han incrementado en un 76% desde 2007, y actualmente en España hay 630.000 familias en esta condición de pobreza severa. Y los desahucios se han multiplicado por 2,25 desde el 2008.  Son las condiciones precisas para que la desesperación, ante la falta de medidas de la administración, lleva a las personas a ocupar viviendas.