Las condiciones del mercado inmobiliario impuestas por la crisis y los bancos pueden estar propiciando el mantenimiento y aparición de una burbuja inmobiliaria. Así lo cree al menos Adicae tras analizar los datos de una encuesta realizada en el mes de septiembre.

Los datos de la encuesta realizada por esta asociación de consumidores muestran un panorama desolador en el acceso de los jóvenes a la vivienda. Y lo que es peor, ya no sólo en la compra, sino también en el alquiler.

Y gran parte de la culpa de esta situación para la juventud española y de la creación de una nueva burbuja, según Adicae, reside en el papel de las entidades financieras, cuyas prácticas abusivas han sido una constante en la contratación de préstamos hipotecarios. Pero también la administración tiene su parte al no crear condiciones adecuadas para el mercado del alquiler.

La situación se produce a pesar de que en los últimos años la incorporación de normativa comunitaria y la mayor implicación de los tribunales han logrado poner coto a ciertos abusos. Pero la banca continúa desarrollando estrategias abusivas, como el encarecimiento tanto de los diferenciales de las hipotecas variables como de las fijas, al tiempo que mantienen las ya conocidas, como es el pago de los costes hipotecarios por parte del usuario, a pesar de la sentencia del Tribunal Supremo que considera a esta cláusula en los contratos como una práctica abusiva.

La realidad actual es que gran número de jóvenes –más del 40 %–, dedica más de la mitad de sus ingresos al pago de su vivienda, ya sea en propiedad o de alquiler. Pero con o sin burbuja, con o sin crisis, comprar una vivienda sigue siendo un lujo inalcanzable para la mayoría de jóvenes, dada la precariedad laboral, los elevados niveles de desempleo y los ínfimos sueldos en los que el mileurista es un privilegiado. Y así, un 74% de los españoles de entre 18 y 34 años no cuenta con medios para adquirir una vivienda propia.

Los actuales datos de Adicae sobre la juventud y la vivienda, pueden compararse con la encuesta realizada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en 2010 sobre los efectos de la crisis en la emancipación de los jóvenes. Y revelan un empeoramiento general, ya que en los seis años transcurridos se ha retrasado la edad en la que los jóvenes abandonan el hogar familiar. En concreto, si en 2010 un 44,9% de los jóvenes residía con sus padres, en 2016 el porcentaje se ha elevado al 49,1%.

Con los datos de la encuesta en la mano encontramos que tan sólo un 23,5% vive de alquiler, un porcentaje muy reducido que revela que independientemente del rango de edad, los españoles perciben la vivienda como una forma de ahorro y seguridad para la vejez, señala el estudio, que concluye que pese a la crisis y a la burbuja inmobiliaria, nada se ha hecho para fomentar una alternativa a la cultura de comprar casa.

Y una de las razones de esta situación es que hacer frente a un alquiler cuesta tanto o más que comprar, según la opinión del 54,9% de los encuestados. Comparando la misma encuesta, vemos que en 2010, tan sólo un 31,5% sostenía esta opinión. Y esta situación, causada, según Adicae, por una falta de apoyo institucional al mercado de alquiler, ha provocado que, mientras que en 2010 seis de cada diez jóvenes se planteaban emanciparse, ahora sólo dos de cada diez lo ven como una opción real. Las cifras apuntan a un posible miedo, sobre todo visto lo sucedido, al sobreendeudamiento.