El índice al que está referenciada la inmensa mayoría de las hipotecas a tipo de interés variable en España ha vuelto a derrumbarse y la media de agosto cierra en el -0,354, el nivel más bajo del euríbor en toda su historia. Pero ante la situación económica el mes de septiembre puede traer nuevos descensos.

Esta caída sin suelo comenzó hace cinco meses, poniendo fin a un año de subidas constantes que le habían llevado al -0,108 en febrero de éste año. Pero comenzaron a sonar tambores de crisis y el euríbor invirtió su marcha, profundizando en los valores negativos en los que se haya inmerso desde hace tres años y medio.

La primera consecuencia, la más visible, es el abaratamiento de las hipotecas a interés variable. Y aunque los bancos han aumentado los diferenciales -llegaron a estar a euríbor + 0,3% con un euríbor al 5%- hasta una media del 2%, la realidad para los bancos es más bien pobre y les está obligando a cambiar el mercado hipotecario hacia el interés fijo, además de incrementar las comisiones hasta por el aire acondicionado en sus oficinas bancarias. Para qué hablar de los ERE que están realizando entre sus plantillas.

Y ya no son sólo los hipotecados a interés variable los beneficiados por esta nueva caída del euríbor, sino que también los que firmaron una hipoteca a interés fijo el pasado mes de agosto, verán reducida su cuota hipotecaria. Porque en agosto del año pasado el euríbor se situó en -0,169 y la variación interanual de este mes arroja casi 20 puntos básicos menos.

Si a este euríbor en negativo le sumamos un exceso de liquidez monetaria encontramos que el suelo del índice podría alejarse aún. ¿-0,5%, -1%?…nadie se atreve a vaticinarlo, pero las consecuencias, tal vez la única situación favorable para el mercado inmobiliario, es que la cuota hipotecaria va a seguir descendiendo y marcará mayores distancias con la mensualidad del alquiler.