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Una vez transcurridos cinco meses desde la puesta en marcha de la obligatoriedad de la etiqueta energética para las viviendas, los resultados obtenidos no parecen muy buenos. Y así el 95% del parque de los edificios de España requiere actuaciones de eficiencia energética.
El dato procede de un análisis sobre eficiencia energética realizado por la Fundación Renovables. La buena lectura del dato, dejando aparte el despilfarro energético que implica, es la oportunidad empresarial para crear 500.000 empleos hasta 2020 y captar hasta 4.000 millones de euros en ayudas europeas hasta ese mismo año.
Según la Fundación Renovables el uso de la energía se ha convertido en uno de los principales factores de competitividad en el sector de la construcción y jugará un importante papel en el urbanismo del futuro. La factura energética es un coste relevante en la explotación de un edificio, e irá en aumento. Según las estimaciones de esta Fundación, el potencial de ahorro de energía que existe entre una calificación energética G y otra A es de un 80%.
Estas cifras suponen una excelente oportunidad de actividad y empleo que no hay que desperdiciar. La normativa más reciente obliga a elevar la calificación de la eficiencia energética y se pretende facilitar la rehabilitación energética de edificios como instrumento no solo de reducción de los costes de la energía sino también de reactivación del mercado.
La inmensa mayoría del parque de edificios no cumple con los parámetros mínimos de eficiencia energética, al tiempo que la nueva legislación convierte a la certificación energética en parte del Informe de Evaluación del Edificio (IEE). El incumplimiento de sus recomendaciones constituirá en un futuro cercano infracción urbanística y se sancionará el falseamiento de sus datos.Se trata de que la actividad inmobiliaria y de la construcción pase del exclusivo negocio financiero a la economía real.
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