Hace ya más de tres años que asociaciones de vecinos y de padres comenzaron la acción contra la proliferación de las salas de juego y por fin parece que algo comienza a moverse. La Policía Nacional ha interpuesto 220 denuncias contra salas de apuestas en el marco de la llamada operación Arcade, donde han realizado más de 1.800 inspecciones para comprobar si la normativa de acceso de menores se cumple y parece que, tal y como denunciaban los grupos de padres, esto no es así. Los registros han acabado con la detección de 28 menores en los locales de juego, además de 184 personas indocumentadas, lo que también es una ilegalidad.

Según han explicado los responsables, con la operación «se pretende tomar el pulso de la situación, para incidir en aquellos aspectos y lugares donde la problemática pueda ser mayor«. Valencia, Madrid, Canarias y Andalucía son las comunidades autónomas en las que más irregularidades se han detectado y las que están en el punto de mira. Las denuncias han sido enviadas a las consejerías correspondientes.

Los agentes han realizado un total de 1.881 inspecciones en locales de toda España para comprobar que se cumple con dicha normativa de acceso. Aunque la legislación sobre el juego está regulada por cada comunidad autónoma, los parámetros comunes establecen que los menores de 18 años no pueden participar en el juego ni en las apuestas que se desarrollan en estos establecimientos.

Con este tipo de acciones, la Policía Nacional pretende evaluar, detectar y erradicar la posibilidad de que los menores de edad puedan entrar y jueguen en locales autorizados de juegos y de apuestas, así como evaluar el nivel de control de acceso que llevan a cabo dichos lugares.

La operación Arcade se ha llevado a cabo durante los días 26 y 27 de septiembre por agentes especializados de la Policía Nacional y en colaboración con la Policía Foral de Navarra y los Mossos d’Esquadra. Y si la presencia de menores es un hecho denunciable, la excesiva abundancia de estos locales, sobre todo en barrios populares, es una cuestión que debiera ser regulada. El juego, como otras adicciones, no debe gozar de libertades que terminan acabando con la convivencia. La intervención de conocidos deportistas o estrellas televisivas en los anuncios publicitarios de estos negocios es también una situación muy discutida y discutible.