La progresiva concentración bancaria que se está viviendo en nuestro país desde la pasada crisis financiera está completándose amparada con la crisis Covid. La desaparición de oficinas bancarias está dejando desatendidas numerosas zonas rurales, colaborando en esta ausencia de servicios e infraestructuras que padece la España vaciada.
Los clientes son adjudicados a oficinas de otros municipios o barrios y el Banco de España no puede actuar en caso de que el cliente necesite cambiar de oficina. Asegura el regulador que «es una cuestión de política comercial de la entidad, que se enmarca dentro de su ámbito de actuación discrecional en el mercado” por lo que “excede de las competencias” del Banco de España, que no puede hacer nada al respecto.
El regulador aclara que dar servicio a las personas a través de las oficinas “constituye una forma de proporcionar unos determinados servicios a sus clientes, quienes serán los que deban valorar el modo en que se prestan y, con ello, decidir la entidad con la que inicien o mantengan sus relaciones financieras”.
Esta desbancarización del territorio es la cara adversa de las concentraciones bancarias aplaudidas por los inversores, que contemplan tan sólo los dividendos a fin de año. Según datos recogidos por ASUFIN, en estos últimos diez años, las oficinas bancarias han sufrido una disminución del 43,27%, de contar con 45.662 a prácticamente la mitad: 25.926. Y para qué hablar de los puestos de trabajo perdidos y los que se llevará la previsible fusión del BBVA con el Sabadell.
“La progresiva desaparición de establecimientos supone un paso más para crear una brecha digital y financiera entre los clientes menos acostumbrados al uso de las nuevas tecnologías o los más necesitados de asesoramiento financiero, es decir, tanto el segmento mayor como el más joven de la población”, advierte Patricia Suárez, presidenta de ASUFIN. “La situación de emergencia creada por el COVID – añade – ha acelerado los procesos de digitalización de la banca que, aun siendo una tendencia necesaria y que valoramos positivamente, están dejando atrás a toda una generación”.
Un socio de ASUFIN aporta este testimonio: “Mi sucursal de Bankia ha cerrado y nos han adjudicado una nueva sucursal sin consultar. Me han puesto mi cuenta personal en una sucursal en una punta de mi barrio y la cuenta de empresa en otra sucursal en la otra punta. Pero mi caso es lo menos importante, está mi madre que con 88 años la han trasladado a una sucursal que para llegar tiene 45 minutos andando y ella va a cobrar la pensión todos los meses. ¿Es legal que puedan negarte el traslado de sucursal?”
Finalmente, la propia competencia en el mercado se ve afectada. El propio Banco de España ha admitido que “cuantos menos bancos y más grandes existan, más fácil es comportarse de una forma no competitiva (colusiva) y, por tanto, obtener rentas de monopolio u oligopolio”. Desde la crisis, el nuevo escenario es el de un mercado en el que se ha reducido intensamente el número de competidores y se ha incrementado la concentración.
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