En un momento en que se vuelve a hablar de las pensiones, la edad de jubilación y las bases cotizadas, es preciso saber que de cara a la jubilación, los trabajadores por cuenta propia o autónomos pueden elegir su base de cotización a la Seguridad Social siempre y cuando se respeten unos límites, es decir, los autónomos pueden decidir cuánto aportar a las arcas públicas y qué cantidad ahorrar a través de otros sistemas complementarios. De dicha decisión dependerán las prestaciones públicas de las que disfruten llegada la hora de su jubilación o cuando se produzca alguna incapacidad.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) considera que contribuir lo más cerca posible de la parte mínima de la horquilla de cotizaciones podría ser una opción acertada para los autónomos más jóvenes, siempre que esté apoyada por otros sistemas de ahorro que completen sus coberturas con un seguro privado que les permita mantener su nivel de vida en caso de incapacidad laboral.
En cambio, esta misma opción es un error para aquellos con más edad, para los que OCU aconseja contribuir cerca de los máximos siempre que su actividad se lo permita y sobre todo si en el momento en el que se jubilen acumulan muchos años cotizados.
Como cuestiones preliminares antes de hacer cálculos, los autónomos deben abonar a la Seguridad Social el 30,3% de la base de cotización que elijan (30,6% en 2021), se trata, por lo tanto, de un gasto fijo mensual con independencia de los ingresos que obtenga por su prestación de servicios. Asimismo, las bases de cotización para los autónomos se han prorrogado provisionalmente para 2020, son, por tanto, las mismas que fueron para 2019, si bien, esta situación podría cambiar en cualquier momento.
Según el Instituto Nacional de Estadística, la esperanza de vida de una persona que actualmente tenga 47 años es de 84 años. Si tomamos este dato como referencia, todas las aportaciones que realice un autónomo que cumpla en 2021 esa edad se cobrarían después vía pensión pública, obteniéndose una rentabilidad que rondará el 3,68% anual siempre que se jubile con 25 años cotizados. La rentabilidad aumenta cuantos más años haya cotizado.
Con los tipos de interés por los suelos, a priori ese 3,68% puede sonar muy interesante, pero hay que tener en cuenta que son muchos los riesgos a los que se enfrenta un «joven» cotizante de 47 años, ya que el actual sistema de pensiones pende de un hilo, por lo que OCU aconseja a este grupo, optar por cotizar el mínimo y buscar alguna alternativa de inversión.
Por el contrario, para un cotizante que cumpla 60 años en 2021, la rentabilidad anual de sus aportaciones asciende hasta el 7,34%, para los que llevan más de 30 años cotizados, por lo tanto, en estos casos sí que merece la pena aumentar la contribución, sobre todo porque la cercanía de la jubilación reduce el riesgo de un empeoramiento grave del sistema y además, este grupo disfrutaría de otras coberturas extra que ofrece la Seguridad Social como la viudedad, la orfandad o la incapacidad permanente o temporal.
Posiblemente aun exprimiendo la pensión, no sea suficiente para que los autónomos puedan mantener el nivel de vida previo a la jubilación, a lo que se ha de sumar la incertidumbre que rodea la sostenibilidad del sistema de pensiones. De hecho, las recomendaciones para la próxima reforma del sistema de pensiones que el Pacto de Toledo podría dar a conocer próximamente irían en esa línea (endurecimiento de las jubilaciones anticipadas, más incentivos para prolongar la vida laboral, etc…), por lo expuesto, OCU aconseja complementarlas con otras formas de ahorro a largo plazo, para poder rentabilizar al máximo el dinero de los trabajadores por cuenta propia, sin asumir riesgos innecesarios,
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