Para no quedarse atrás y aunque se hable menos de ella que de la luz, la bombona de butano se paga desde esta semana a 17,75 euros, acumulando un aumento de casi seis euros desde septiembre de 2020. Una dolorosa subida para los hogares que dependen del butano para la calefacción y el agua caliente, bien porque no hay alternativas o porque no pueden pagar otras fuentes de energía más caras.
Esta subida de 84 céntimos en el precio de la bombona supone un incremento del 4,91% (rozando de nuevo el máximo permitido en cada revisión) y marca un nuevo máximo, el más alto en los últimos seis años y que supera ya el récord histórico de 17,50 euros que se alcanzó entre la primavera de 2013 y el inicio de 2015. Lamentablemente, este año las subidas parecen no tener fin, igual que está sucediendo con el precio del resto de los carburantes.
La Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, recuerda además que este precio solo se aplica a la bombona tradicional de butano, aquella que tiene 12,5 kilos de carga y que en vacío pesa más de 9 kilos. Las que poseen una tara inferior a 9 kilos o no tienen una carga de entre 8 y 20 kilos, y que suman un 22% del mercado, tiene un precio liberalizado desde hace años, por lo que suelen costar más que este precio regulado.
En cualquier caso, OCU recomienda a las familias con dificultades económicas que al menos comprueben si tienen derecho al bono social eléctrico, ya que incluye una ayuda térmica automática por un importe de entre 29 y 124 euros al año sea cual sea la fuente de energía que se emplee. La organización estima que alrededor de 1,2 millones de hogares no disfrutan de esta ayuda aun cumpliendo los requisitos para recibirla, de ahí que solicite al Gobierno que impulse la concesión automática del bono social eléctrico a todos sus potenciales beneficiarios, condición indispensable para la concesión del bono térmico.