Una mayor concienciación de los abusos bancarios, la necesidad de contar con el dinero estafado o que las entidades financieras ya están tensando la cuerda demasiado. Son muchas las posibles razones, pero el consumidor está reclamando de forma masiva. Lo asegura el Banco de España, que recibió el año pasado 21.320 reclamaciones por productos bancarios, un 45,6% más que en 2019, y pese a que las hipotecas siguen siendo lo que más se reclama, las quejas por tarjetas se incrementan de forma considerable.
Las reclamaciones de consumidores por tarjetas, de crédito, débito o revolving, se han duplicado en sólo un año, según la memoria anual del Banco de España de 2020. En concreto, se recibieron 5.622 frente a las 2.619, un año antes, lo que supone un incremento del 114,7%.
Con todo, las hipotecas sigue siendo lo más reclamado por los españoles, y concentra el 26,9% del total de quejas, seguido de las tarjetas, con un 26,4%. Son muchas las cláusulas abusivas contenidas en los contratos hipotecarios, pero según las previsiones del regulador, seguirán aumentando las reclamaciones por tarjetas en ejercicios sucesivos.
Descendiendo al detalle, las tarjetas revolving han crecido un abultado 212%, alcanzando las 1.869 quejas. Lo que más aducen los consumidores es la falta de información acerca de las liquidaciones efectuadas y entrega de contratos firmados. La sorpresa llega cuando la deuda no se reduce y haciendo cálculos sencillos vemos que ese pequeño crédito que significa esta tarjeta se incrementará de forma astronómica. Y nadie nos lo había advertido.
La memoria del Banco de España también pone de relieve los crecientes casos de fraude digitales, que han crecido con la pandemia, como robo de datos de tarjetas para compras online.
La asociación de usuarios financieros, ASUFIN, ha presentado cinco demandas colectivas contra las principales entidades financieras que comercializan tarjetas revolving por falta de transparencia en su contratación. Al consumidor no se le transmite con claridad cómo paga la deuda contraída y resulta sumamente fácil que caiga en una peligrosa espiral de sobreendeudamiento.