Ante la ausencia de crédito en nuestro país, la recuperación inmobiliaria y la del conjunto de la economía española,  tendrá que venir del exterior.

 

Así está sucediendo con el 95% de la inversión en grandes inmuebles y propiedades. El problema más importante es la financiación para los compradores, que los bancos españoles no conceden o lo hacen a precios inasumibles: según recientes estimaciones, la banca española cobra unos diferenciales de 700-800 puntos básicos frente a los 30-80 de 2007, y el porcentaje del precio financiado (loan to value) ha bajado de niveles superiores al 100% a inferiores al 60%. Por eso, los interesados tienen que buscar los fondos en la banca extranjera.

 

Esta confianza en el exterior como fuente de la recuperación es compartida por otros analistas, que consideran que las exportaciones serán el motor de la recuperación. Además, se espera que ésta comience en el segundo semestre del 2013 por varios motivos. Entre ellos, que el ajuste inmobiliario va a acabar en 2013 tras haber  caído un 49% desde máximos. De esta manera, se frena el riesgo de  contagio a la banca y con ello el riesgo de contagio a la deuda  soberana. A esto hay que sumar que las necesidades de financiación, en el peor escenario posible, están cubiertas. Así, mientras los recursos del ESM/EFSF rozan los 1.000 millones, las  necesidades financieras de España e Italia juntas para 2013-2014 se  sitúan en torno a los 800 millones.