La historia se repite con una frecuencia que debería hacer tomar medidas drásticas; pero no parece importar a los que pueden hacerlo. La comitiva judicial que iba a proceder al desahucio de una mujer de 70 año en Bescanó (Girona) la ha encontrado muerta en el interior de su coche en la parte exterior de la masía en la que vivía y no ha sido muerte natural, sino un nuevo suicidio por desahucio.

Los mossos de escuadra han comprobado como el cadáver de la mujer se encontraba en el interior de un vehículo con fuerte olor a gas. Según datos del municipio, la fallecida vivía en Mas Cendra, una masía aislada perteneciente al núcleo habitacional de Estanyol.

Ahora las lamentaciones del municipio y de las diferentes administraciones no sirven ya de nada. Es un suicidio más, y son innumerables los que esta crisis y los desahucios, están causando, que se producen por la complicidad de unas leyes injustas, unos jueces absurdos y unas entidades financieras a las que se le permite todo, hasta el derecho sobre la vida de los españoles.

La masía, Mas Cendrá, en la que residía la mujer asesinada, pertenecía a su familia desde hace generaciones y el juez ordenó el desalojo en virtud de una orden de desahucio promovida por una mercantil. Se había ya producido un aplazamiento del desahucio y la víctima había solicitado un nuevo aplazamiento que el juez no atendió y ordenó el lanzamiento.

Se especula en algunos medios sobre la posibilidad que el suicidio no haya sido producido por el desahucio, lo que es una hipocresía que desacredita de forma absoluta a quien la esgrime. Porque la coincidencia entre la comitiva judicial que va a proceder al desahucio y el hallazgo del cadáver no dan pie a nada más.

La mujer había conectado unas bombonas de gas al vehículo estacionado en el exterior en que estaba, por medio de unos tubos y había fallecido unas horas antes de que el mencionado comité que ejecutaría el desahucio llegara a su casa.

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