El año 2015 puede convertirse en el más importante para España desde la muerte del dictador, que no de la desaparición del franquismo, y que nadie me hable del año que ganamos el Mundial…. La transición, supuso para nuestra país el advenimiento de una pseudodemocracia tutelada, para que las oligarquías empresariales y financieras del país no perdieran ni el control económico ni el político. Y si no lo creéis así, mirad cuántas de las familias del franquismo y del antiguo régimen, siguen detentando el poder cuarenta años después de la desaparición del general golpista; ese mismo enanín que sumió a nuestro país en una dictadura ignominiosa, e impidió un desarrollo acorde con el del resto de Europa. Por poner un ejemplo, el ínclito Carlos Fabra, golpeado más que tocado, por la mano de “si sueñas, loterías” procede de una familia que lleva manejando la Diputación de Castellón desde el último tercio del siglo XIX.

Entramos en una año electoral decisivo para que el bipartidismo, que dicen fue necesario en su momento, ceda el paso a otra situación política en la que los partidos dejen de gobernar a su propia conveniencia y vuelva el pueblo a recoger el mandato que les cedió. Y esto no va a resultar tarea fácil, porque no se van a dejar. Y no son sólo los partidos PP/PSOE, los que se van a mostrar muy reticentes a cualquier cambio. Es que también hay otros interesados, casi invisibles, que aunque no ocupan espacio en los carteles electorales sí que se presentan a las elecciones, al menos para ganarlas. Me refiero a los grandes poderes fácticos – no es broma, existen- que están gobernando en éste país desde hace siglos. Ellos son los que controlan los partidos y envían a sus marionetas a desarrollar el programa electoral que necesitan. No pierden nunca porque apuestan a la vez al rojo y al negro, aunque debiera decir azul. Y los partidos subastan los favores a recibir en una miserable acción oculta a los españoles.

Porque la realidad es que el programa electoral con que los partidos concurren a las elecciones, y con el que pretenden y consiguen convencer al electorado, es muy imaginativo, tiene mucho de populista y poco, muy poco que ver con la desvergonzada realidad que luego ejecutan. Y empleo bien el verbo porque el programa electoral del PP, desarrollado por Mariano Rajoy y su «Muchachada Nui», ha significado una verdadera ejecución de las esperanzas, expectativas y en muchos casos vidas, de muchos, muchísimos españoles, les votaran o no. El programa oculto del PP de Mariano, ha sido el programa de la banca, de las grandes oligarquías financieras, de los entramados empresariales y de la Iglesia. El programa con el que todos ellos han conseguido enriquecerse aún más, y sumir en la pobreza y la desesperación, cuando no en la enfermedad y la muerte, a millones de españoles. Españoles que, crédulos e ingenuos, les votaron a tumba abierta… y no es exageración que, con otra legislatura más del PP, el único negocio boyante iban a ser las funerarias.

Aún recuerdo cuando Joan Manuel Serrat, idealista entre todos los idealistas, denunció al PSOE por incumplimiento de su programa electoral y estafa al electorado. El mismo PSOE que ahora nos intenta convencer de su honestidad y bonhomía. No sirvió de nada, salvo para que ya tuviéramos claro, para siempre, que el programa con el que concurren los partidos a las elecciones es un mero reclamo publicitario para conseguir votos, ni es vinculante, ni se puede considerar un contrato con el electorado. Además, aún no he visto a ningún presidente de Gobierno, con la honestidad suficiente para dimitir y convocar nuevas elecciones, si no puede llevar adelante el programa que prometió. Y esto sucede porque los programas electorales son burdas mentiras que ocultan los intereses que van a marcar los patronos.

Porque eso es lo que tenemos, patronos y empleados. Patronos que pagan para obtener unos resultados y empleados que cobran por los servicios prestados. Y no hay más que verlo en los dos grandes partidos, PP y PSOE. La banca concede préstamos, sin avales, a estos partidos políticos, préstamos que además luego perdona. Está claro que es un dinero que conceden para que les ganen las elecciones, dinero que les reporta grandes beneficios. Y además, proporcionan a los políticos “conseguidores”, estupendos empleos para cuando dejen la política. Y esto lo hacen, bien lo sabemos, la banca, las empresas de energía, las empresas sanitarias…todo son pagos por trabajos realizados…con éxito.

Y así nos va al resto del país, que pagamos esos sueldos de por vida a los políticos y además los beneficios extras que reciben las empresas. Y tanto monta PP como PSOE, a la hora de apuntarse a este desvergonzado plan de acción, con el que consiguen engrasar el partido, y hacerse con unos buenos puestos de trabajo cuando dejen la política…”puerta giratoria” le llaman. González y Aznar marcaron la pauta y les siguieron toda una caterva de Ministros, Secretarios de Estado, Consejeros autonómicos…

Tal vez podáis pensar que siempre ha sido así, y es cierto, pero ya va siendo hora de acabar con éstas prácticas miserables que pagamos el resto de los españoles. Prácticas que se han convertido en un sarcasmo desde el inicio de la llamada transición, ¿de una dictadura a una oligocracia? ¿Hay alguna diferencia? Y no sólo es eso, sino que además nos toman por tontos – uno de ellos Rajoy I, el pusilánime- y nos roban hasta que sangramos por todos los poros.

Hay otros grupos que no estarán tampoco en los cruciales procesos electorales de este año 2015. Y no porque no quieran o deseen estar entre bambalinas, como los que manejan la vida política de nuestro país, sino porque no les han dejado. Emigrantes a los que se hurta el derecho al voto, desahuciados que se quedan sin casa y sin mesa electoral, suicidas –más de 4000 al año- empujados a la muerte por unas condiciones sociales propias del tercer mundo, enfermos de hepatitis C, que mueren a un ritmo de 12 diarios, indigentes que perecen de inanición en las calles…¡qué suerte que ya no están! dirán desde el partido gobernante, porque todos ellos votarían en su contra, y ya se sabe….”tacita a tacita”…

Aunque claro está, como siempre sucede, esos muertos, asesinados por una política social brutal y sin escrúpulos, tienen a alguien cercano, familia,amigos…personas que saben quién ha sido el culpable de que ya no estén con ellos, que conocen que éste gobierno y los que le han precedido, se han postrado siempre ante las élites económicas y empresariales del país, con dramáticas consecuencias para todos nosotros. Y votarán en conciencia.

En nuestras manos está que el tardofranquismo desaparezca, de una vez para siempre, de nuestra política, sus símbolos de nuestras calles y sus personajes de nuestra memoria, los de antes y los de ahora. Ya ha llegado momento de que la transición termine. Este año 2015 es el año de votar en libertad y proporcionar a éste país la democracia que necesita.

Eduardo Lizarraga