La «excepcional» gestión del PP al frente del ayuntamiento de Madrid comienza a deparar sorpresas y de buena cuantía. Así, el Ayuntamiento cuya última gestora del PP fue Ana Botella, pagará en este ejercicio 66 millones de euros por intereses derivados de préstamos suscritos con la denominada cláusula suelo. A juicio del concejal delegado de Economía y Hacienda, Carlos Sánchez Mato, esta situación supone una clara negligencia por parte del anterior equipo de Gobierno.

En concreto la situación afecta a contratos firmados en un momento en que los tipos de interés estaban en caída, y en los que se pactó un interés mínimo del 4%, el 5% o el 6%. Esta cuestión es uno de los temas que abordará la auditoría de la deuda municipal que ya está en marcha. Es la auditoría que ha sido tachada por Esperanza Aguirre como «puro autoritarismo bolivariano».

La situación de un Ayuntamiento de Madrid endeudado y que paga unos intereses mucho más altos por las cláusulas suelo, que los que paga un ciudadano cualquiera por la hipoteca de su vivienda, resulta muy sospechosa de mala gestión, cuando menos. Sobre todo teniendo en cuenta el poder negociador con los bancos que puede tener el Ayuntamiento de Madrid frente a los consumidores de a pie. Poder negociador que por la razón que sea el equipo de Ana Botella no utilizó.

Para el actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Madrid existen posibilidades de poder actuar contra estos contratos que muestran una grave negligencia con el dinero de todos. El concejal Sánchez Mato afirma que no se está dispuesto a pagar de más por el coste financiero de las deudas de Madrid y explica que todos los datos se harán públicos durante el proceso de auditoría de la deuda.

Hay que decir que durante este ejercicio Madrid amortizará 1.000 millones de euros de la deuda que han dejado los anteriores alcaldes Gallardón y Botella, de los que 66 no deberían pagarse de no ser por la existencia de esas cláusulas suelo. Esta cantidad supone uno de cada tres euros de los intereses pagados por la institución.