Las malas previsiones económicas que vive la eurozona y las palabras de presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, asegurando que la subida de los tipos de interés tendrá que esperar un poco más,  han supuesto una alegría para los hipotecados, que no verán subir más sus cuotas y un susto/muerte para los bancos que pueden ver como se pierden 4.000 millones en los próximos tres años.

Acompañando a las declaraciones de Draghi se produjo una fuerte venta de acciones de los principales bancos europeos que propiciaron severas caídas en las principales bolsas europeas. Habrá que esperar a los datos  finales de marzo, pero la tendencia del índice es clara: el Euríbor subió un 18,18% en enero, en febrero sólo se impulsó hasta el 6,8% y en febrero se mantuvo estable. Todo augura que en marzo volverá a bajar y hacerse todavía más negativo, alejando así la ansiada recuperación que los bancos esperan de su negocio principal que es prestar dinero.

Si el Euríbor continúa bajo mínimos, el negocio bancario continuará dependiendo en gran parte de las comisiones que nos cobra por cualquier acto en el que aparezca. Preparemos nuestros bolsillos porque lo visto hasta ahora se va a recrudecer.

Por de pronto JP Morgan ha tenido que recalcular sus previsiones de beneficios para la banca española, a la que hace unos meses había adelantado que en 2021 ganaría 20.600 millones de euros, con un crecimiento del 4,5, y ahora ha lo ha dejado en 18.900 millones. En el mismo sentido ha reajustado las previsiones para el 2019, disminuyéndolas desde 18.138 hasta 17.103 y los del 2020 que deja en 17.860 desde los 19.295 inicialmente previstos. Un total de 4.074 millones menos en el conjunto de los tres balances. No es de extrañar la huida de los inversores, que vuelven al ladrillo.