A pesar de que existe una cierta recuperación en el sector inmobiliario, reflejada en un aumento en la compraventa de pisos, sobre todo de segunda mano y en una estabilidad en los precios con tendencia al alza, la realidad es que la crisis sigue anclada en la construcción y la demanda de pisos nuevos es casi inexistente. Apenas se construye vivienda nueva y esta situación tiene un amargo reflejo en un sector que fue motor en la buena marcha económica del país. No hay actividad económica en el sector salvo la ligada a la compraventa, que no genera apenas puestos de trabajo y ninguno en el sector productivo. La recuperación sigue sin llegar a las familias y la demanda de vivienda nueva no aparece.

El segundo Observatorio de la Valoración que elabora la Asociación Española de Análisis de Valor (AEV), principal asociación de tasadoras de España, señala que la construcción sólo comenzará a incrementarse cuando mejore el empleo en cantidad y calidad y ya sabemos que con la construcción mejorará la actividad económica general.

La mayoría de los profesionales consultados para la elaboración de la encuesta, cree que el incentivo que pueden suponer los bajos precios actuales, no va a influir de manera esencial en la pronta recuperación del mercado. Basan esta opinión en que la buena marcha del sector de la vivienda obedece, sobre todo, a razones estructurales, como son la demografía, el empleo estable o la financiación. Cuestiones todas estas muy afectadas por la actual crisis y las medidas que se han tomado para sortearla, que lejos de conseguirlo están logrando una creciente desigualdad social.

El principal problema radica en que la demanda que está experimentándose no es tan fuerte como para impulsar la oferta ya que el panorama económico reinante no incita a compras de amplia financiación. Todo lo contrario, la demanda está centrada en inversores, entre los que están los fondos buitre, extranjeros y compradores muy solventes. También subyace como causa importante a esta ausencia de demanda más amplia, la actitud de las entidades financieras que no están dispuestas a abrir el grifo de la financiación a los promotores.

La situación puede comenzar a aclararse a partir del verano, cuando ya se vayan acabando los chollos bancarios. Será en ese momento cuando comience a aclararse la situación y a percibirse la demanda real que existe, además veremos si mejoran los precios, si la rehabilitación de viviendas cumple expectativas y si vuelven las grúas.

A pesar de esta incertidumbre, más de la mitad de los expertos consultados estiman que existen razones para esperar un periodo de estabilidad y una lenta pero firme recuperación de la actividad constructora. Eso sí, no esperan volver a los grandes crecimientos del pasado. La recuperación que llega, comenzará a producirse en las grandes ciudades y en las áreas más ligadas a la demanda de no residentes.