Llegó el pasado mes de marzo la PAH al Congreso, llevando una propuesta muy reivindicativa que tenía como objetivo conseguir una ley de vivienda digna. Con peticiones como impedir desahucios que carecieran de alternativa habitacional o poder regular el precio del alquiler, conseguir el realojo de familias en emergencia en pisos vacíos de la banca, combatir la pobreza energética…Todo muy bonito, pero, ¡ay! mencionó a socimis y bancos como paganos del proyecto y entonces se abrió la Caja de Pandora y de allí salió de todo.

Lo primero, el pasado 20 de marzo, fue una muy previsible alianza en la Mesa del Congreso del partido de Rivera con el PP para impedir la tramitación de la Ley de Vivienda presentada por la PAH y que contaba con el apoyo de PSOE, Unidos Podemos, ERC, PDCat, Compromís y Bildu.

A continuación Ciudadanos -¡que sarcasmo!-  registró en el Congreso una propuesta de ley para agilizar los desalojos forzosos de familias que se han visto en la necesidad de ocupar. Lo que no dice es que la ley que  pretende impulsar se hará a medida de los bancos, principales afectados por los casos de ocupación de sus viviendas vacías y que, tras los desahucios y embargos practicados en estos pasados diez años, disponen ahora de una ingente cantidad de inmuebles con la que están controlando el mercado y de la que quieren sacar beneficios. Pero ellos y sus asociados necesitan una legislación favorable y ahí va Ciudadanos, con las rodilleras puestas, a ocupar su sitio al lado del PP.

La ley permitirá a la policía entrar a la fuerza en viviendas ocupadas, sin ninguna orden judicial, para identificar a los ocupantes Además, endurece gravemente las penas de cárcel, amplía el plazo de prescripción del delito, y permite a los Ayuntamientos desahuciar.

Pocos días después  llegó el grupo parlamentario de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea y registró una proposición de ley en el Congreso para regular alquileres abusivos y mejorar las garantías y el acceso a la vivienda. Entre sus propuestas, incrementar la duración mínima de los contratos a cinco años y posibilitar a las comunidades autónomas y grandes municipios, la capacidad de regular los precios de los arrendamientos cuanto se produzcan incrementos abusivos.

Y es que la situación se está agravando y mucho en zonas muy escogidas. Produciéndose  ya más desahucios por morosidad en el alquiler que por los impagos de hipotecas. Y no puede ser de otra manera, con unos sueldos y pensiones que no suben ni un 1% anual y unos alquileres que se han incrementado un 49% en Cataluña y un 27% en Madrid en los últimos cuatro años.

El PSOE no ha hecho apenas nada, si no es apoyar de boquilla la propuesta de la PAH, sabiendo que la tirarían en la Mesa del Congreso. Y es que se muestra dubitativo entre sacar la chaqueta de pana y echarse al monte, con esos advenedizos izquierdosos de Iglesias o ponerse la corbata y volver al redil bancario.

En la rueda de prensa que siguió al registro de la proposición de ley del grupo parlamentario Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea -¡mecachís con el nombrecito!- Irene Montero estuvo muy fina y en lugar de vagar por los espacios comunes de desahucios, derechos constitucionales y otras penas, metió el dedo en el ojo en directo, cuando aseguró que su intención es evitar que el mercado del alquiler caiga bajo el control de socimis, Fondos Buitre y entidades financieras, tanto monta, monta tanto.

Y es que esta es la realidad del problema que Partido Popular y Ciudadanos huyen de resolver, porque ya tienen instrucciones precisas al respecto. La gran cantidad de vivienda que bancos, fondos buitre y socimis almacenan les posibilita el control del mercado y por consiguiente la obtención de beneficios a costa de los más desfavorecidos, para los que la crisis continúa viviendo en su casa, al menos hasta que les saquen de ella. Y el precio de los alquileres seguirá subiendo porque su apetito de dinero no conoce límites.

Los fondos buitre llegaron a nuestro país cuando la carroña era abundante y los precios tan por los suelos, que el dinero que traían les dio para adquirir  tal cantidad de propiedades que ahora pueden manejar el mercado. Y siguen comprando paquetes de viviendas a los bancos, que tras ser saneados con dinero público, continúan vendiendo a precio de derribo.

Una buena muestra de lo que sucedió es la venta de la vivienda social de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento,  casi 5.000 viviendas, a dos insignes representantes de estos carroñeros: Goldman Sachs y Blackstone. La venta ha terminado en los tribunales, con la cúpula directiva del área de vivienda de ambas instituciones y sus cabezas respectivas, Ignacio González y Ana Botella, acusadas de malversación y deterioro económico. Pero tal y como está funcionando todo, con autopistas rescatadas, túneles salvados, Cástor lleno de millones…miedo me da que al final todo se solucione con dinero público por eso de la responsabilidad del Estado.

La inestimable ayuda de la opaca socimi

Los fondos buitre y las instituciones financieras han encontrado unas herramientas con las que pueden actuar con impunidad, dentro de la ley y con grandes beneficios. Se llaman socimis. Unas empresas que disfrutan de exenciones fiscales, que no tienen que pagar impuesto de sociedades y en las que figuran como accionistas muchas de las grandes familias españolas, económicas y de las otras.

El último ejemplo de socimi es Témpore Properties, constituida por Sareb, que no sólo vende material a los fondos buitre, sino que se convierte en uno de ellos especulando en Bolsa con los alquileres.  El mismo día de su presentación en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB),  Témpore subió un 7,7% el valor de su acción. Esta socimi inicia su andadura con 1.553 activos en renta procedentes de sus bancos accionistas y ubicados en un 80% en las grandes ciudades. Y su propósito, declarado, es convertirse en protagonistas del mercado del alquiler para lo cual prevé disponer de más de 4.000 viviendas en tres años e ir comprando otras socimis de pisos en renta. Y dará beneficios en Bolsa y es atractiva para los inversores porque especula en el mercado y tira de los precios hasta convertirlos en inasumibles.

Témpore es una socimi más de inversión inmobiliaria, del medio centenar que invaden el mercado y cotizan en MAB, otras dos, Merlín y Colonial lo hacen en el Ibex  Pero no van a quedar en eso, ya que ante los beneficios que sus actividades les deparan, sobre todo con un marco legislativo favorable y la opacidad fiscal que su estructura les confiere, se espera que para los próximos meses salga también a bolsa la también socimi de pisos en renta Testa Residencial, de la promotora Vía Célere y de Haya Real Estate, propiedad del fondo buitre estadounidense Cerberus. Todas ellas se suman a las dos que abrieron la veda en 2017, Neinor Homes y Aedas Homes.

La situación está muy clara para quien la quiera ver. Los fondos de capital riesgo que llegaron a España se hicieron con una gran cantidad de producto inmobiliario. Los bancos, en los que entró una inmensa suma de dinero público de forma directa o no, pueden vender gran parte de su cartera inmobiliaria y lo están haciendo, a estos fondos a precios de saldo y sin que sus balances se resientan.  Y ahora los fondos y socimis van a conseguir la rentabilidad de su inversión, no por la venta, sino por el alquiler con precios elevados  -buena rentabilidad- y para ello necesitan lo de siempre:

  • Controlar el mercado e impulsarlo al alza
  • Leyes favorables
  • Permisividad a sus actuaciones

Y todo esto se lo está dando el tándem PP/Ciudadanos, porque en su balanza los intereses de estas empresas y de su entramado societario, muy entremezclado con su ADN, pesan mucho más que los intereses de medio país,  es decir, el que conforma la clase más desfavorecida, que no se cuenta ni entre sus votantes ni benefactores.

Menudencias aparte, la inflación en los alquileres está beneficiando también a pequeños inversores que han encontrado en el inmobiliario, de nuevo,  un producto de alta rentabilidad. Tal vez sea preciso recordar que cuando hace algo más de doce años años, sucedió algo parecido con el mercado de la compraventa, también había muchos pequeños inversores que hacían pingües beneficios vendiendo propiedades a los pocos meses de comprarlas, en un mercado que no era sostenible. Cuando llegó la debacle se rescató a los bancos con dinero público, pero esos pequeños inversores y empresas fueron los primeros que pagaron la fiesta, que luego todo el resto pasamos por caja… Si el mercado fuera sostenible no habría fondos buitre actuando y haciendo dinero a costa de la desgracia y penalidades de muchos; para que lo sea deben desaparecer los intereses especulativos sobre un bien de primera necesidad. Pero no serán ni el Partido Popular ni el de Rivera quienes impulsen el cambio. ¿Estará la solución al fondo de la Caja de Pandora?

 

Eduardo Lizarraga

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