Los precios bajos de la vivienda en nuestro país han conseguido que la inversión en inmobiliario se dispare durante el tercer trimestre del año. Es cierto que la inversión no viene por el lado de las familias españolas, aún muy penalizadas por la crisis y la ausencia de crédito, sino de la mano de inversores extranjeros, tanto fondos de inversión como privados.

La inversión inmobiliaria durante el tercer trimestre del 2014 ha alcanzado los 3.500 millones de euros, lo que supone un incremento del 240 % sobre el mismo periodo en 2013. Esta es la segunda vez en la serie histórica que España registra volúmenes tan elevados en un único trimestre ya que sólo en plena burbuja inmobiliaria se registraron niveles de actividad superiores, en 2007. De esta manera España se sitúa en el tercer puesto europeo por países captadores de inversión extranjera, tan sólo por detrás de Reino Unido y Alemania.

En lo que llevamos de año el volumen total de la inversión inmobiliaria en España asciende a 6.500 millones de euros. De continuar esta tendencia 2014 será sin duda un año clave en este nuevo ciclo en el que España entró el pasado ejercicio, pero hasta que el protagonismo inversor no cambie hacia los inversores nacionales
no se podrá hablar de un robustecimiento del sector.

La mayor parte de la inversión se la está llevando el mercado de oficinas con casi el 80% de la inversión registrada. Por tipo de inversor, los más activos fueron los internacionales con un 56% de las operaciones realizadas por europeos que significaron un montante del 39% del capital. Entre ellos destacan las operaciones realizadas desde el Reino Unido, Alemania, Francia, Holanda, Bélgica y Suiza. Va aumentando la presencia de inversores de Qatar, Singapur, la India o China.

En este contexto, el capital más oportunista está dando ya paso a una inversión más institucional, cediendo posiciones los fondos buitre a favor de otro tipo de inversores más conservadores en sus retornos. Este cambio de tendencia muestra cómo España va avanzando en el ciclo inversor llegando ya a ser objeto de posiciones más defensivas. La entrada de nuevos inversores más conservadores, como son los fondos de inversión especializados y las compañías de seguros, marcará la definitiva curva ascendente del sector.