Un informe de la OCDE  muestra que entre 2007 y 2010 España fue el país en el que más marcada se ha hecho la diferencia entre las rentas disponibles de ricos y de pobres: casi un 3% de aumento en esos años, a mucha distancia del siguiente país (Eslovaquia, con un 1,4%). De hecho, centrando la mirada en las diferencias entre el 10% más rico de la población y el 10% más pobre esa brecha se ha ensanchado mucho más: hasta un 13%. En ninguno de los otros 32 países examinados hay una diferencia tan grande.

 

La crisis, destaca la OCDE, ha tenido un impacto especial sobre los asalariados, y entre ellos vuelve a despuntar el caso español como notable por la merma de los ingresos de las familias que proceden del trabajo. El informe señala que «el efecto del desempleo ha sido particularmente importante para la caída de las rentas en Islandia, Grecia, Estonia, México, España e Irlanda, con una caída del 5% o más al año».

 

El aumento de las desigualdades y la caída en las rentas tiene como consecuencia un aumento de la pobreza, de nuevo con España entre los países que más la han sufrido. En comparación con los niveles previos a la crisis (2005) la pobreza ha escalado en España un 5,1% hasta 2010, un aumento sólo comparable al de Grecia (también un 5,1%).

 

España también ocupa los primeros puestos en aumento de pobreza relativa entre los hogares con niños (con un aumento del 3%) y entre los jóvenes (que subió un 5%).