La Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria, la Sareb, el llamado “banco malo», va a poner a disposición de las comunidades autónomas hasta 2.000 pisos para que se alquilen a precios sociales.

La presidenta de Sareb, Belén Romana, parece querer con esta medida lavar la imagen de la Sareb muy deteriorada desde la decisión de Estrasburgo respecto al bloque de Salt. Sin embargo, la presidenta ha explicado que quieren contribuir a paliar el problema de la carencia de vivienda, sin alejarse del mandato que se les ha encomendado, que es la venta de los inmuebles. Lo que no menciona Belén Romana es la presión que desde las distintas PAHs se está haciendo a la actuación de la Sareb ni a la mala prensa que está comenzando a tener, por esta causa y por los elevados sueldos de sus directivos que cobrar con dinero público.

Dicen desde la Sareb que esta iniciativa lleva gestándose mucho tiempo y que permitirá seguir vendiendo viviendas y apoyar a las comunidades autónomas en su labor social. Más claro imposible.

El banco malo, encargado de vender las viviendas procedentes de desahuciados por las entidades nacionalizadas, cuenta con un importante parque de viviendas especialmente en la Comunidad Valenciana, Cataluña, Andalucía y Madrid. Por eso, el consejo de administración de la compañía ha acordado aplazar los planes de venta de entre 1.500 y 2.000 viviendas durante un plazo para cederlas a las comunidades autónomas y que se alquilen a precios sociales dentro de sus programas de vivienda social.

Gracias a esta decisión, Sareb espera poder cerrar acuerdos con los gobiernos autonómicos interesados en todas las regiones en las que disponga de inmuebles, con el compromiso de recuperar el piso en un futuro y poder sacarlo a la venta, tal y como establece su mandato.