Es uno de los mejores indicadores de la marcha de la economía por su asociación con la creación de infraestructuras de obra pública y construcción inmobiliaria. El consumo de cemento en España acumula una caída en el primer semestre del año del 16,5%, que en valores absolutos supone la pérdida de 1.226.458 toneladas respecto al mismo período de 2019. Entre enero y junio se consumieron en nuestro país 6.187.818 toneladas, según los últimos datos publicados por Oficemen.

La salida del confinamiento y la vuelta a la actividad constructora en promociones inmobiliarias, se ha notado en junio. Así, el pasado mes, el consumo de cemento en España se elevó a 1.338.600 toneladas, lo que supone un 5,2% más que en el mismo mes del pasado año y un crecimiento en valores absolutos de casi 67.000 toneladas. Este porcentaje positivo ha estado influido por el hecho de que el mes de junio de este año contara con dos días hábiles más que el pasado.

Los datos del año móvil (julio 2019 – junio 2020) sitúan la caída en el 5,8% con una pérdida de más de 800.000 toneladas, una cifra aún más significativa si tenemos en cuenta la evolución de cómo se comportó el consumo de cemento en 2019, que tras una evolución al alza durante los seis primeros meses del año a un ritmo de crecimiento cercano al 11%, el segundo semestre se caracterizó por un estancamiento de las cifras, llegando a caer un 0,2% en el acumulado de julio a diciembre en comparación con el mismo período de 2018.

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El presidente de Oficemen, Víctor García Brosa. asegura que la  construcción es el mejor dinamizador del empleo que necesita nuestro país para la reconstrucción económica y que debe formar parte de las preocupaciones de la Administración. «Otros sectores como el de la automoción o el turismo ya tienen planes de contingencia activados, mientras que el nuestro continúa siendo el gran olvidado a pesar de que podría llegar a generar un importante volumen de puestos de trabajo”, añade García Brosa.