A pesar de que no se han ido del todo en estos dos años de pandemia, las ejecuciones hipotecarias vuelven a incrementarse en este primer trimestre del año. En concreto han aumentado un 3,4% respecto al mismo trimestre del año anterior alcanzando la cifra de 3.320 en total.  Esta cantidad, que supone la cifra más alta desde el 2017, consigue que con éste llevemos ya subidas los últimos siete trimestres. La cifra que más se incrementa es la de embargos hipotecarios sobre vivienda nueva que suben un 57,4% en tanto que sobre la usada disminuyen un 5,8%.

Son datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que asegura que el número total de embargos iniciados e inscritos en los registros de la propiedad entre enero y marzo fue de 7.965, lo que supone un 1,3% más que el trimestre anterior y un 3,3% menos que en el mismo trimestre de 2021.

Teniendo en cuenta los diferentes tipos de propiedades inmobiliarias embargadas,  7.622 afectaron a fincas urbanas de las que 5.212 fueron viviendas en tanto que las fincas rústicas afectadas fueron 343.

Si observamos los diferentes tipos de viviendas embargadas encontramos que las ejecuciones hipotecarias sobre viviendas concentran el 65,4% del total en el primer trimestre de 2022, de las que casi el 42% son viviendas habituales. De entre ellas el 16,6% son sobre viviendas nuevas y el 83,4% sobre usadas.

El 17% de las ejecuciones hipotecarias iniciadas sobre viviendas en el primer trimestre corresponde a hipotecas constituidas en el año 2007; el 13,9% a hipotecas constituidas en 2006 y el 10% a hipotecas de 2005. Las hipotecas concedidas durante la burbuja inmobiliaria, entre los años 2005 y 2008, siguen concentrando la mayor parte del total, el 49,9% de las ejecuciones hipotecarias iniciadas entre enero y marzo. Tres de cada diez ejecuciones hipotecarias sobre viviendas (el 30,9 %) correspondieron a hipotecas constituidas en los años 2006 y 2007.

El INE,  recuerda que no todas las ejecuciones de hipoteca terminan con el desahucio de sus propietarios.