Un nuevo euríbor nos amenaza en el horizonte. Y digo nos amenaza porque vistas las últimas informaciones parece que el lobby bancario se va a salir con la suya y eliminará las consecuencias del euríbor negativo para sus intereses. Algo nos adelantaba ya de Guindos cuando anunció que el nuevo euríbor sería más beneficioso para los usuarios….jajajajaja

Y es que desde hace más de dos años, el EMMI (Instituto Europeo de Mercados Monetarios) trabaja en un nuevo euríbor –el índice al que están referenciadas la mayoría de hipotecas en España–; un nuevo índice hipotecario para la zona euro. Ante la situación actual de intereses negativos, el lobby bancario está decidido a actuar y la primera consecuencia es que todo se retrasa. Porque aunque estaba previsto que el periodo de pruebas comenzará en julio, la transición al nuevo euríbor no llegará hasta el primer semestre de 2017.

El EMMI ha revisado su calendario de implementación, asegura, con el objetivo de encaminarse hacia un euríbor cuyo referencial esté basado en las transacciones reales, siguiendo las recomendaciones de los agentes de mercado, reguladores financieros y consumidores. El problema que se ha presentado es el consenso sobre la metodología a emplear para el cálculo del nuevo índice. Fue hace ya tiempo, el 30 de octubre del pasado año, cuando el organismo entregó a las partes interesadas un documento con una serie de propuestas para determinar esta metodología. Y desde entonces no hay grandes avances.

Desde el EMMI se vuelve a decir que en los próximos meses se ajustarán los aspectos de la metodología que han sido más rechazados. Esta revisión del sistema metodológico para el cálculo del euríbor se produce en un contexto financiero, en el que el índice ha alcanzado cotas negativas en los últimos meses, por primera vez en la historia.

Y esto es lo que no gusta a la banca, que esgrime el argumento de que el límite de un préstamo es que te salga gratis. Y non plus ultra. Así, el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, ha defendido que un contrato crediticio, como es una hipoteca, se caracteriza por prestar dinero a cambio de una cantidad adicional y ha considerado que el límite pasa por que el endeudado no tenga que pagar nada ante la caída histórica del euríbor a terreno negativo.

El problema es que los bancos tengan que reducir a los hipotecados el capital pendiente de devolver, lo que en la práctica se traduciría en que la banca paga por conceder hipotecas.