En un país en el que las leyes hipotecarias se han confeccionado por y para la banca, ahora, con el diferencial en negativo, vuelven a intentar jugar con ventaja y seguir obteniendo beneficios seguros del usuario. Llega la «cláusula cero».

De esta forma, con el euríbor a un año en negativo, la banca española ha sacado al mercado un nuevo contrato hipotecario: la ‘cláusula cero‘. Una disposición que prevé que los prestatarios de hipotecas no vean reducida su deuda aunque el índice de referencia entre en negativo poniéndoles un tope en los intereses al 0%.

De esta forma los bancos establecen por contrato que si el euríbor llega, los beneficiarios de la hipoteca pagarán únicamente la parte correspondiente al diferencial, pero nunca menos de esto. Es decir, sólo el cliente asume el riesgo que la volatilidad de la economía supone para la hipoteca y la banca vuelve a jugar con su ventaja acostumbrada.

Este contrato recuerda mucho al contrato con claúsula suelo, que establecía también un límite por el que el cliente debía abonar un interés fijo que nunca bajaba a pesar de que lo hiciera el mercado. De esta manera las entidades financieras aseguraban su ganancia, impidiendo que los usuarios, tuvieran la opción de beneficiarse de la situación a la baja.

Esta situación del nuevo contrato «cláusula cero» es hija de la actuación del Tribunal Supremo que, a pesar de que declaró nulas varias cláusulas incluidas en los contratos bancarios de BBVA y del Banco Popular, entre las que se incluía la de suelo, solo penó aquellas que considera abusivas o las que se interponen en el convenio sin informar previamente al cliente. En caso contrario se consideran legales.

La eliminación de la ‘cláusula suelo’ debería aplicarse de manera retroactiva, no como marcó el Alto Tribunal. Y es que la justicia falló a favor de la no retroactividad alegando defender el interés general, un argumento que después del rescate efectuado ya no debería ser válido.

Con el contrato «cláusula cero» una vez más es el cliente quien asume por completo el riesgo que la volatilidad económica puede suponer para su contrato hipotecario.