El Banco de España ha impuesto un límite del 3% en la remuneración que los bancos pagan a sus clientes por los depósitos. De esta forma la banca española ganará este año más de 13.000 millones de euros en concepto de intereses que no pagará. Eso significa que las familias dejarán de ingresar más de 10.000 millones anuales por sus ahorros (las empresas se dejarán otros 3.000), que irán directamente a engrosar los beneficios de los bancos.

La idea es que la media de tipos de las imposiciones a plazo se quede en el 1,75% a partir de este mismo año.

 La norma ha sido puesta en marcha por el Banco de España en primer lugar para impedir que las entidades nacionalizadas, como Bankia, NovaCaixaGalicia Banco, CatalunyaBank o Banco de Valencia ofrezcan tipos altos para atraer a los clientes que se les van a otros bancos, lo cual aumenta sus pérdidas.

La nueva norma, sin embargo, no está dictada únicamente para la banca nacionalizada, sino que es de obligado cumplimiento para el conjunto del sistema financiero español. Esto significa que ahora todos los bancos van a tener un tope a la hora de remunerar a sus clientes, lo que mermará los ingresos de muchos ahorradores que tienen su dinero en bancos que no han necesitado ayuda pública. Ningún banco ha protestado por la medida.

Sin embargo, el Banco de España, que parece tiene potestad para bajar los ingresos que los ciudadanos perciben de los bancos por sus depósitos, no hace nada para que los intereses que los bancos cobran a sus clientes de hipotecas o prestamos personales baje.  Según los últimos datos del Banco de España, el tipo medio de las hipotecas concedidas en España es del 3,06% TAE, mientras que el de los créditos al consumo es del 8,95%, cifra que multiplica por más de tres veces lo que esos mismos bancos pagan a los clientes por sus ahorros.