Hasta hoy no está trascendiendo la noticia, pero ya sabemos que el pasado lunes a la noche M.C.P. se quitaba la vida tras recibir una carta del Banco Popular (sarcasmo de nombre) exigiéndole el pago de 163.000 euros de su hipoteca pendiente. Sobre medianoche, el hijo recibía una llamada telefónica de su padre quien le decía que ya “no podía seguir con esto”. Poco después, al acudir a la casa, M.C.P. se había colgado de un árbol en el jardín de su casa.

 

M.C.P. llevaba luchando tres años contra una grave enfermedad por la que se le reconocía una minusvalía. Junto a su esposa, también minusválida, y sus seis hijos no podían hacer frente a los pagos de la hipoteca contraída con el Banco Popular para adquirir la vivienda. En la mañana del día 20, M.C.P. recibía una carta desde la entidad bancaria donde le pedían que en el plazo de dos días abonase 163.000 euros.

 

Ahora, la esposa y los hijos del finado, han decidido mudarse a casa de un familiar al sentirse impotentes para seguir habitando la vivienda donde su padre se quitó la vida y de la que iban a ser desahuciados.

 

La Asociación de Afectados por la Hipoteca ha convocado una concentración frente al Banco Popular de la Calle La Fuente para el próximo día 27 (lunes) a las 12:30 para «mostrar nuestra más profunda repulsa a todos los acosos y amenazas bancarias sobre las familias». Desde la PAH comentan: “Reivindicaremos y exigiremos justicia social ante tanta usura financiera. Señalaremos a los culpables. Durante todos los lunes nos concentraremos hasta que ésta entidad les conceda la totalidad de la deuda que reclama a la familia». Hay que decir a los políticos que por no poder abonar las cuotas hipotecarias no se puede tolerar que miles de familias se queden en la calle y que personas buenas, como M.C.P. se vean abocados a quitarse la vida.