La desmesurada subida del euríbor durante este principio de año está afectando a 3,7 millones de hipotecas variables que todavía hay en el país. Y quien más quien menos, todos a los que les toque actualizar su hipoteca este mes de febrero van a notar una subida que, aunque esperada, no por ello va a dejar de causar muchos problemas.

El euríbor a 12 meses, el índice al que están referenciadas la mayoría de hipotecas variables en España, impulsado por la política monetaria del BCE sigue su escalada y ha cerrado este mes de enero en el 3,337%, el mayor nivel desde diciembre de 2008, cuando cerró con una media mensual de 3,018%. Teniendo en cuenta que valor del euríbor hace un año era del -0,477%, hemos asistido a la mayor subida de la historia.

El incremento del euríbor para una persona que tenga contratada una hipoteca variable a 30 años, de 150.000 euros y con un diferencial del 0,99% más euríbor, representa un aumento de su cuota hipotecaria de casi 300 euros al mes. En términos absolutos, pasará de pagar unos 450 euros a unos 750 por mes, lo que equivale a un desembolso anual adicional de casi de 3.600 euros.

Y de ahí para arriba, porque con estas mismas condiciones, una hipoteca de 300.000 euros de capital pendiente de amortizar y 30 años pendientes de pago sufrirá un encarecimiento mensual de casi 600 euros, es decir, unos 7.200 euros al año. Y esto es mucho dinero para una economía familiar.

Con esta situación, los planteamientos del Gobierno de un acuerdo voluntario con la banca, para ayudar a pasar el trago a los hipotecados que ingresen menos de 28.000 euros al mes y que ha comenzado a aplicarse el pasado 1 de enero, han quedado totalmente desfasados. La situación es mucho más grave y muchas más las familias afectadas, no sólo las familias vulnerables, sino también las clases medias que ya no son lo que eran.

Y como además las previsiones son que el euríbor prosiga su escalada, hasta quedar en el 3,5%- 4% debido a los ajustes previstos del BCE, que en las dos reuniones que le quedan en febrero y marzo, amenazó con subir sendos 0,5% en cada una de ellas – la Reserva Federal de Estados Unidos lo ha subido 0,25%- la situación va a empeorar y mucho. Tanto que, como señal perceptible, el INE asegura que se han producido 6.485 demandas de ejecución hipotecaria por parte de los bancos de enero a junio del pasado 2022. Cifra que duplica las de los dos años previos a la pandemia, con 250 demandas cada semana en los juzgados.

Los obscenos beneficios de la banca

De forma prácticamente simultánea a la publicación del dato del euríbor, el tercer banco del país, el BBVA, publicaba sus resultados del 2022, exhibiendo obscenamente unos beneficios de 6.420 millones de euros, es decir un 38% más que en el ejercicio anterior.

Y asociar las dos noticias de prensa ha sido fácil, sobre todo porque el propio banco explicó que el resultado ha sido posible gracias al crecimiento de los ingresos en el crédito, un 13,3% superior y a la mejora de los diferenciales de la clientela. Han sido las constantes subidas de los tipos de interés acometidas por los bancos centrales las que han impulsado el negocio bancario.

Así, queda claro que los sufrimientos de más de tres millones de familias españolas para pagar la hipoteca y llegar a fin de mes, son los beneficios de la banca, porque a estos resultados espectaculares del BBVA se irán sumando los del resto del entramado bancario y financiero del país.

Como el que vive en otro mundo, que no es el de la mayoría de los españoles, el presidente del banco, Carlos Torres Vila, en la presentación de los resultados de la entidad se quejó del impuesto temporal diseñado por el Gobierno que el sector tendrá que empezar a abonar antes del 20 de febrero y que BBVA cifra en 225 millones para este año, asegurando que entorpece la actividad económica, como si esta actividad pudiera realizarse a costa de la estabilidad de España.

Topar o congelar las hipotecas

Las reacciones del ala de Podemos en el Gobierno no se han hecho esperar y tanto Yolanda Díaz como Ione Belarra han manifestado que es el momento de actuar. Ambas ministras han coincidido que es necesario realizar una intervención pública en la economía y poner un tope a los intereses en las hipotecas variables, “porque la crisis no puede ser una excusa para ganar más y hay que moderar los beneficios” ha afirmado Díaz.

Cuando antes de fin de año se publicó la propuesta del acuerdo voluntario, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, lo tachó de “absolutamente insuficiente para proteger a los hipotecados de las subidas de tipo de interés, ya que se está centrando solamente en los más vulnerables cuando el problema afecta a todas las clases medias”.

Ya en aquel momento Díaz aseguró que se estaba produciendo una enorme transferencia de rentas de la ciudadanía a las entidades financieras, que continuaría incrementándose a lo largo del 2023 “porque la subida de los tipos de interés tendrá más trascendencia el año próximo”. Y avanzó el “incremento como nunca” de los beneficios de las entidades financieras, como había reconocido el Banco de España.

Poco más de un mes después el problema se ha incrementado y los beneficios extraordinarios, de los que tan orgulloso está el sistema financiero y bancario español, no los están consiguiendo por su gestión ni actividades, sino por la nueva política monetaria del BCE que está engordando sus resultados a costa de extraer rentas y recursos a los hogares y tejido productivo español, llevando a la ruina a familias y empresas.

El impuesto, aprobado en el Congreso por el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos, con el apoyo de socios parlamentarios como ERC, EH Bildu, Más País, BNG, o la CUP, al que se le suma un nuevo tributo para las compañías energéticas y un impuesto de solidaridad para las grandes fortunas, se está quedando corto.

Los banqueros, en cabezados por María Dolores Dancausa de Bankinter y apoyados por PP y VOX, que se ponen en contra de millones de españoles, como siempre, quieren recurrir a los tribunales para no pagar el impuesto, esperando que sean los jueces los que les salven y les permitan continuar exprimiendo a los españoles, que para eso “están en su derecho y gravar sus beneficios es injusto”. Desde el Partido Popular ya declararon que meter la mano en el bolsillo de las empresas que viven de su trabajo es lo que saben hacer los socialistas y comunistas.

Pero la situación está empeorando y no tiene aspecto de mejorar, al menos este año que comienza. Y con tantos millones de familias afectadas es un problema que afecta a la economía de todo el país. Subir las pensiones es cumplir la ley, subir el SMI es lo menos que se puede hacer por los más vulnerables, controlar el precio de la luz ha bajado la inflación…pero todas esas ayudas se están quedando en nada ante los precios impuestos en la alimentación y el incremento de los gastos financieros.

Luis de Guindos siempre detrás de lo malo para España

No es un golpe a ciegas. Asaltando el bolsillo de los españoles con gastos inevitables, como son la comida y la vivienda, disminuirá el consumo y con un país que tiene un tercio del PIB ligado a este consumo interno, pueden peligrar muchos puestos de trabajo y por lo tanto empeorar la situación económica de todo el país. Es necesario que el Gobierno actúe en ambas direcciones para mejorar la liquidez de los hogares, controlando los precios en la alimentación y poniendo un tope a las hipotecas que pagan las familias, al menos hasta que la situación comience a cambiar. Estamos en guerra contra una economía de mercado injusta y obsoleta, impuesta para beneficio de unos pocos y que empobrece a millones de familias, y en guerra las medidas deben ser extraordinarias.

Creo que nadie con cordura política y sentido de país quiere volver a la época de los desahucios de Rajoy y al desastre económico que supusieron las ayudas a la banca. Ese rescate, que Luis de Guindos aseguró que no costarían un euro al pueblo español. El mismo Luis de Guindos que ahora es vicepresidente del Banco Central Europeo, que con Rajoy fue ministro de Economía y anteriormente fue director del banco de inversión Lehman Broters para España y Portugal, el que originó la catástrofe financiera del 2008 con sus hipotecas sub prime. Vamos, que parece que su acción persigue a nuestro país allá donde va.

Parece que ya no recordamos que gracias a De Guindos y Rajoy el sector bancario debe al erario español, es decir, a todos los españoles, la enloquecida cantidad de 66.577 millones de euros, que fue el dinero inyectado por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) para que el sector bancario español no cayera en quiebra. Dejamos aparte el dinero que debe la Sareb, 35.000 millones, que aún no ha devuelto

Nos va todo en ello, sabemos que tenemos mucho que perder y la paradoja es que los de enfrente piensan que perdiendo el país ellos ganarán. No se trata de arruinar el sistema financiero o de la distribución alimentaria, sino de que sus beneficios enloquecidos no arruinen a millones de familias españolas y por lo tanto a España.

Periodista económico

Periodista económico

Eduardo Lizarraga

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