Un sujeto de nacionalidad alemana y alrededor de cincuenta años de edad es el nuevo caso de suicidio que se ha dado en Mallorca. El hombre se quitó la vida en Cala Rajada, justo después de conocer que iba a ser desahuciado, porque no podía hacer frente al pago del alquiler.

El fallecido dejó una nota para el juez en la que, entre otras circunstancias personales pedía perdón por no poder hacer frente a la deuda que mantenía con el arrendador. La muerte se produjo el pasado viernes, sin embargo ha sido esta semana cuando el juzgado de Manacor, que levantó el cadáver, facilitó una nota a los medios en la que aclaraba las circunstancias de la muerte.

Además de estos problemas económicos, el afectado por el desahucio sufría una depresión desde hace tiempo, a consecuencia de la muerte de su esposa. Estaba sin trabajo y de ahí surgieron los problemas económicos que desembocaron en el aviso de desahucio y su suicidio.

Los vecinos del fallecido, extrañados por no verle durante varios días, avisaron a la Guardia Civil porque les extrañaba su ausencia. Los agentes, que acudieron a la casa por el aviso de los vecinos encontraron el cadáver. A partir de ese momento varios efectivos de la Policía Judicial de la Guardia Civil efectuaron una inspección ocular de la vivienda y desde un primer momento descartaron cualquier otra alternativa al suicidio. Además encontraron la nota para el juez que fue entregada al juzgado.

Éste no es el primer suicidio motivado por problemas económicos que desembocan en un desahucio producido durante los últimos meses en Mallorca. El caso más dramático y de mayor repercusión, tuvo lugar hace algo más de un año, cuando un matrimonio de Cas Català se quitó la vida mediante una ingesta masiva de medicamentos. Pedro Taberner Servera, un representante de 68 años, y su esposa Jovita Rovira Alzamora, jubilada de 67, tenían una deuda de 84.000 euros con una entidad bancaria que les amenazaba con el desahucio inmediato.