La ley del silencio del PP impera en los suicidios que se registran en nuestro país. Los últimos datos oficiales se remontan al periodo del 2011 al 2012. Y el aumento es escalofriante. Los suicidios se incrementaron en España un 11,3% entre 2011 y 2012. Según los datos publicados por el INE, en España hubieron, durante ese año, 3.539 casos (7,5 cada 100.000 habitantes) la mayor cifra registrada desde el 2005. Pero los medios de comunicación no informan de todos estos suicidios que se producen en nuestros pueblos y ciudades. Siguen la norma dictada por el PP, la «omertá», la Ley del silencio; se trata de no provocar alarma social, atenuar la tragedia e impedir el efecto contagio. En realidad el PP no quiere que se trasluzca esta horrible consecuencia de sus políticas sociales.

Si bien el total de casos registrados durante los primeros años de crisis no difieren en gran medida al de los años anteriores a la misma, sí que es significativo el aumento registrado entre 2011 y 2012. El INE no aporta los datos del 2013. Y cuando se están silenciando estos datos será porque no son nada buenos para el gobierno del Partido Popular.

Y es que existe un repugnante paralelismo entre el comienzo de la era PP y el incremento de los suicidios en España. Desde que empezó la crisis, en los primeros años de la misma, entre los años 2008 y 2010 este incremento fue mucho menor, un 2,8% entre 2008 y 2012. Este menor aumento se debe a que entre 2008 y 2010 la tasa de suicidios disminuyó pasando de 7,49 casos cada 100.00 habitantes a 6,69 y posteriormente aumentó pero muy levemente hasta los 6,74 en 2011. Es a partir del 2012 cuando se dispara el número de suicidios, lo que obliga al PP a forzar el silencio de los medios sobre esta situación, no va a poder echar la culpa al anterior gobierno.

Un 77% de las personas que decidieron quitarse la vida en 2012 fueron hombres y un 23% de mujeres. Este mayor porcentaje de casos masculinos es apreciable en todas las provincias españolas así como a lo largo de todos los años estudiados (2008-2012).

La provincia que registra una mayor tasa de suicidios en 2012 es Lugo (16,1), seguida de Granada (14,4). En las comunidades autónomas de Galicia y Asturias se observan las tasas más altas durante el periodo estudiado. Las provincias del centro de España, con Madrid (1,5) a la cabeza, son las que registran una menor tasa de suicidios.

Las causas tienen nombre y apellidos: Partido Popular y Bancos. Uno de los últimos casos ha sido el de una mujer minusválida en Málaga. Isabel, divorciada de 56 años, no pudo superar el hecho de verse obligada a dejar su vivienda como consecuencia de un desahucio. La prensa, como tiene por costumbre, ocultó el suceso, pese a la aparatosidad de su muerte, presenciada en vivo desde la calle por más de un centenar de personas. Son noticias que sacuden el país casi a diario y que no se mencionan. Ningún responsable político habla de la proliferación de suicidios en España, cada uno de ellos significa su fracaso. El problema radica en que este fracaso de los políticos que nos gobiernan se está trasladando a un fracaso como sociedad.

Las depresiones con consecuencias fatales afectan a millones de españoles, desde empresarios que han visto derrumbarse el trabajo de una vida y en cuyas empresas familiares, la ruina tiene una connotación especial. Ante el fracaso, el sentimiento de responsabilidad es aún mayor, y de ahí la desesperación y el final. Pero también la depresión llega al resto de las personas afectadas por la crisis, la pérdida del trabajo, el desahucio de la vivienda, el no poder cuidar de la familia, la sensación de abandono por parte de una sociedad y de un país del que se creía formar parte…Se trata de empresarios, desempleados, autónomos, incluso jubilados con pensiones de miseria que se quitan la vida por falta de dinero, de trabajo, o desesperanza.

«Lo siento, pero no me queda otra salida. Cuidate mucho». Con estas palabras, Isabel se despidió telefónicamente de una amiga antes de poner fin a su vida. Es uno de los pocos casos que han trascendido. La mayoría de los suicidios españoles tienen lugar en la más absoluta oscuridad, sin que conozcamos su tragedia.
Saber de los suicidios no interesa y por eso no hay cifras oficiales, además muchos de estos casos se camuflan como accidentes, pero hay un suicidio diario a consecuencia de la precariedad económica, según Eures, la red creada por la Comisión Europea para facilitar la movilidad laboral.

España está viviendo su peor momento desde el final de la guerra civil. Y el único margen para la esperanza lo proporciona el saber que tan sólo quedan diez meses para que la situación pueda cambiar, para que este Gobierno del Partido Popular, preocupado tan sólo por los beneficios de los bancos y las grandes empresas cambie. Necesitamos un gobierno social que se preocupe por los españoles. Pero hasta entonces ¿cuántos más suicidios se producirán y se seguirán ocultando en los próximos meses?