Para encontrar las mejores viviendas en venta en la zona metropolitana de Granada

Aunque la zona estaba habitada al menos desde el siglo VII antes de Cristo, no fue hasta los romanos cuando comenzó a poder hablarse de una población permanente que se llamaba Iliberri y que se encontraba en la órbita económica de Cartago. Tras la segunda guerra púnica los romanos se adueñaron de la región hacia el 180 AC. A pesar de nombrarse en repetidas ocasiones en las fuentes romanas como Florentia, no debió tener mucho éxito como ciudad, pues hacia el siglo octavo, antes de la llegada de los árabes, la región estaba despoblada.

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Una pequeña fortificación es todo lo que existió durante los tres primeros siglos de dominación musulmana hasta que con la caída del Califato de Córdoba y la formación de los Reinos de Taifas le llegó su gran oportunidad. Los árabes ya conocían a la antigua Iliberri como Garnata y los ziríes llevaron allí su capital con el nombre de Madinat Garnata y fue a partir de aquel momento en que comenzó a convertirse en una de las ciudades más bellas de España, aquella inmortalizada en  el soneto del poeta mexicano Francisco de Icaza, que dice: Dale limosna mujer,/ que no hay en la vida nada / como la pena de ser / ciego en Granada.

Así como los ziríes crearon la ciudad, centrada en el actual barrio del Albaicín, y los almohades y almorávides la fortificaron ampliando el recinto amurallado por la zona del barrio de Realejo, fueron los nazaríes, con la creación del Reino de Granada, los que impulsaron su crecimiento y riqueza. Para su mejor defensa organizaron los barrios de la ciudad en seis recintos amurallados comunicados por puertas y levantaron la ciudad palatina de Madinat al-Hamra , la Alhambra. Dotaron a  la ciudad de una  gran mezquita, de saneamiento y acometida de aguas desde el Genil y el Darro.

En 1319 comienzan la construcción del Generalife, una zona de jardines añadidos a la Alhambra, con un palacio y varios jardines, concebido como lugar de recreo y descanso de los reyes musulmanes granadinos.

Todo acabó el 2 de enero de 1492, cuando el potente ejército castellano de los Reyes Católicos, que ya había conquistado todo el territorio nazarí salvo la ciudad de Granada, consiguió que el Rey Boabdil negociara la entrega de la ciudad mediante unas extensas Capitulaciones firmadas en Santa Fe. Las capitulaciones fueron muy generosas con los árabes y además de respetarles sus propiedades y mantener el derecho islámico en la ciudad, les permitía seguir profesando públicamente su religión y asistiendo a la mezquita. Pero a los siete años, el nuevo confesor de la Reina, el arzobispo de Toledo, fray Francisco Jiménez de Cisneros llegó a la ciudad con la corte y herido en su amor propio de “cristiano viejo” arrasó con todo; con las capitulaciones firmadas, las mezquitas, el islamismo, los rezos y los alfaquíes, llevando incluso a la Inquisición.

A lo largo de los siguientes 50 años la ciudad se cristianiza demoliéndose todas las mezquitas o transformándolas en iglesias, se cambian los barrios y las plazas para que no parezcan árabes. Finalmente, con la revuelta de los moriscos en 1568, se expulsa a los musulmanes de la ciudad y Granada entra en una decadencia cultural, económica y demográfica de la que no saldrá en casi tres siglos.

La introducción del cultivo de la remolacha azucarera desde la segunda mitad del XIX trajo un periodo de pujanza económica como no se había conocido antes, pero que no duró demasiado. La pérdida de ese tejido industrial y el terrible impacto que tuvo el levantamiento militar del 36  y sus consecuencias económicas, dieron lugar a que la ciudad se estancara y retrocediera en su demografía, quedando apartada del desarrollismo español de finales de la década de los 50.  Pero el último tercio del siglo pasado trajo importantes cambios.

Hoy en Granada viven cerca de 240.000 personas  y la ciudad se ha modernizado por el turismo y la universidad, que es la cuarta más populosa del estado, creándose un potente sector servicios en el que también influye la estación de esquí de Sierra Nevada. También se está produciendo un fuerte despegue económico y demográfico de los pueblos  del cinturón metropolitano de Granada. El tirón inmobiliario de los pisos y casas en venta para vivir en Granada también es importante y muestra la pujanza de la zona.

Este cinturón está formado por unos cincuenta municipios, que junto con la capital ya disponen de una serie de servicios públicos mancomunados. El avance demográfico se produce al recibir un buen número de habitantes de la capital y de otras poblaciones granadinas. Esta huída de Granada se está produciendo, sobre todo, por la dificultad de acceso a la vivienda, con precios demasiado elevados y la mayor oferta laboral existente en los municipios circundantes en los que se están instalando las empresas.

El municipio de Granada consta de ocho distritos – Ronda, Zaidin, Norte, Genil, Centro Chana, Beiro y Albaicín –  con 36 barrios en total. El distrito más poblado es Ronda, que supera los 52.000 habitantes y en el extremo opuesto Albaicín con algo más de 16.200. En todos ellos existe una elevada demanda de pisos y casas en venta para vivir en Granada 

Además del turismo y la Universidad, el sector de la construcción ha sido uno de los motores importantes de la economía local, con algunas de las inmobiliarias y constructoras más importantes de Andalucía. La crisis económica y la burbuja inmobiliaria del 2008 originó el cierre de muchas de ellas, pero el sector se está recuperando y la obra nueva que existe en la zona es buena muestra de ello.

Ya sea vivienda nueva, ya de segunda mano, la oferta inmobiliaria en Granada y su área metropolitana es muy interesante. Sin embargo, es preciso contar con un buen profesional para encontrar las mejores ofertas de pisos y casas en venta para vivir en Granada.

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