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En la confluencia de los ríos Pisuerga y Esgueva, poco antes de que desemboquen en el Duero, la ciudad de Valladolid ocupa el centro de la Meseta Norte, estando casi equidistante del resto de las ciudades castellanas. A pesar de la importancia que tuvo en siglos posteriores hubo que esperar a la retirada de los musulmanes, en los albores del año 1000, para que la ciudad comenzara a tomar forma.
Su importancia se acrecentó convirtiéndose en sede de la Corte de Castilla, capital con Carlos I y capital del Imperio Español con Felipe III, aunque terminó cediendo el puesto a Madrid en 1606. Después del esplendor sobrevino una lenta decadencia que finalizó a mediados del XIX cuando la industria y el ferrocarril llegaron a Valladolid. A la vez se fundaron el Banco de Valladolid y “El Norte de Castilla”, decano de la prensa española.
Y si la mitad del XIX supuso el cambio económico, la mitad del XX supuso un definitivo espaldarazo a la economía vallisoletana que se convirtió en el más `potente polo de desarrollo industrial de Castilla y León. Y con el impulso a la economía llegó también el crecimiento demográfico que hizo pasar la población de los 110.000 habitantes en 1950 a los más de 300.000 que tiene hoy en día. Este incremento habitacional impulsó la construcción residencial y la inauguración de nuevos barrios en los que es posible encontrar pisos y casas en venta para vivir en Valladolid. Hoy en día Valladolid se divide en un total de doce distritos residenciales, que a su vez se subdividen en cuarenta y siete zonas estadísticas, que no necesariamente son coincidentes con los barrios de siempre de la ciudad.
Estos últimos años, debido a la carestía de la vivienda y a los problemas de un urbanismo no muy eficiente, muchas personas, sobre todo parejas jóvenes, están trasladando su residencia a la corona metropolitana vallisoletana que le está “robando” habitantes a la capital y sobrepasa ya los 400.000 habitantes. Esta región metropolitana, aunque no está registrada como tal, cuenta ya con buenos servicios de transporte, sanitarios y educacionales para su creciente población.
Entre los pueblos incluidos en la red de transporte metropolitana pueden citarse Laguna, Cabezón de Pisuerga, Tudela, Santovenia, Villanubla, Boecillo, Renedo de Esgueva y Zaratán, Arroyo de la Encomienda, Cigales, Mucientes, Fuensaldaña, La Cistérniga y Simancas. En todos ellos crecen las nuevas áreas residenciales y puede encontrarse una buena oferta de pisos y casas en venta para vivir en Valladolid.
El crecimiento de la población de la región se explica por su pujante sector industrial, muy ligado a la industria del automóvil. En la periferia urbana y en la corona metropolitana se encuentran dos grandes polígonos industriales que albergan centenares de pequeñas y medianas empresas, dedicadas a suministros de todo tipo para el mercado español.
Por delante de la industria, el sector servicios se alza como principal sector económico vallisoletano ocupando más del 72% de la población activa, es decir, casi 105.000 personas. Dentro de este sector servicios, es el comercio de todo tipo de productos el que ocupa a casi el 50% de los trabajadores.
Más de 22.000 personas encuentran su trabajo en el mencionado sector industrial y en la construcción, que con la pujante población de la capital autonómica es un sector con mucho movimiento, al igual que la intermediación inmobiliaria.
A mucha distancia de estos dos sectores mayoritarios, el tradicional pero ya casi desaparecido sector agrícola, aún ocupa al 1% de la población, dedicada principalmente a cultivos de secano como la remolacha, el trigo y la cebada.
La gastronomía es de obligada mención cuando se habla de Valladolid. Cocina de raigambre castellana, las carnes y los asados ocupan el primer lugar en la mesa, con el asado de lechazo como plato más tradicional, sin olvidar el cabrito y el cochinillo que le siguen de cerca. A continuación, la caza y los conocidísimos quesos de oveja. Y acompañando esta exquisita mesa, y nunca mejor dicho, el pan y el vino, que de siempre han dado fama a la región. En una tierra tradicionalmente cerealista, el pan es de gran calidad, necesaria por otra parte para todo lo que encontramos en las mesas vallisoletanas. Y para qué hablar del vino; nada menos que cinco son las denominaciones de origen que encontramos en la provincia: Ribera del Duero, Rueda, Cigales, Toro y Tierra de León. Todas ellas con algunos de los más renombrados vinos de España y que sin lugar a dudas mueven a muchos aficionados a buscar pisos y casas en venta para vivir en Valladolid
El recorrido gastronómico de la ciudad encuentra su sublimación en el Concurso Nacional de Pinchos y Tapas «Ciudad de Valladolid. Con representantes de todas las comunidades autónomas, el concurso rinde homenaje desde el año 2005 a una muestra de lo más internacional de nuestra cocina, la elaboración de tapas y pinchos, con un nivel que se sale de lo terrenal para entrar en lo divino. Como lo demuestra el gran renombre de los participantes y la fama que alcanzan las creaciones de los finalistas.
Si a la gastronomía le sumamos el arte, la arquitectura, la Semana Santa y otras manifestaciones más lúdicas como la concentración de Pingüinos, que todos los meses de enero reúne a más de 40.000 motoristas llegados de todos los rincones nacionales, entendemos porque Valladolid es un buen lugar para vivir. Lo demuestra la creciente demanda de pisos y casas en venta para vivir en Valladolid.
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