La declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo, por la pandemia del coronavirus,  ha propinado un golpe demoledor en la buena marcha hacia la estabilización que llevaba el mercado inmobiliario. La paralización de la actividad económica más dinámica está llevándonos a una crisis económica de proporciones desconocidas hasta ahora. El mercado laboral, los ahorros y la confianza de los consumidores están haciendo retroceder de nuevo los precios del inmobiliario. Tinsa ha publicado un informe de cuál era la situación inmediatamente anterior al estallido de la crisis en las 5 principales capitales, que revela crecimientos de precio menos significativos que los registrados meses atrás.

En Barcelona hace ya algunos trimestres que se frenó el crecimiento de precios. Con este primer trimestre de 2020 suman tres los trimestres con caída interanual en el precio medio de la vivienda nueva y usada, tras el -1% en el tercer trimestre de 2019 y el -0,8% en el cuarto. Respecto al trimestre anterior, el valor se redujo un 0,5%.

En el primer trimestre del año se registraron descensos interanuales en los mismos barrios que en el último trimestre de 2019 (Ciutat Vella, Eixample, Gràcia, Nou Barris, Sant Andreu y Sant Martí), mostrando el resto incrementos reducidos. Como excepción puede citarse Les Corts, donde se registró un incremento del precio medio por encima del 10% respecto al primer trimestre de 2019. Solo en este barrio, al que hay que añadir Sarrià-Sant Gervasi y Horta Guinardó, se encareció la vivienda respecto al trimestre inmediatamente anterior.

La rentabilidad bruta del alquiler en la ciudad se sitúa en un 4% de media, por debajo del 4,5% que alcanzan el resto de grandes capitales. Las mayores tasas se localizan en Ciutat Vella (4,5%), Nou Barris (4,45) y Sant Andreu (4,3%).