Ha sido un año de récord para la gran banca española, nada menos que un total de 26.088 millones de euros, un 27,2 % más que un año antes, ganaron los cinco bancos españoles de mayor tamaño -Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell y Bankinter. Y como sucede siempre, esta gracia de los bancos, con su aumento de beneficios, ha sido propiciada por la desgracia de otros que están sufriendo el alza de los tipos de interés organizado por el BCE.
El Banco de Santander encabeza la lista de los beneficios bancarios
Y ante tamaño resultado conjunto, parece aún más avara y mugrienta su resistencia a pagar los algo más de 1.046 millones por el impuesto extraordinario a la banca aprobado por el Gobierno. Para 2024 esperan una cierta subida de la alcabala, hasta los algo más de 1.400 millones, y sus protestas subirán de forma proporcional.
Ha sido el Banco de Santander, con algo más de 11.000 millones de euros, quien ha obtenido los mayores resultados del sector, un 15% más que el pasado año y que podría superar los 12.000 millones en 2024, según las estimaciones de Ana Botín. Le sigue el BBVA con 8.019 millones, un 26,1% más y Caixabank, la entidad participada por el Estado tras la absorción de Bankia, que ganó 4.816 millones en 2024, un 53,9 % sobre sus resultados del año anterior.
No sólo fue Botín la que auguró otro año esplendoroso, también Carlos Torres, líder del BBVA, confía en que el beneficio seguirá creciendo. Y la mecánica será la misma, más comisiones y escasa remuneración a los depósitos de los clientes. Y es que el principal impulsor de los beneficios ha sido el incremento de valor en la cartera de créditos y el ahorro en los depósitos retribuidos junto con las escasas provisiones por ausencia de morosidad, que apenas avanzó del 2,938% al 2,974%.
Siguen creciendo las comisiones bancarias
Una de las patas en que se han sustentado estos beneficios es el incremento de las distintas comisiones bancarias que, impuestas y justificadas por los quejumbrosos bancos en la época de los intereses negativos, no sólo no van a la baja ahora que ya ha subido el euríbor, sino que se mantienen y crecen.
Ya son casi todos los bancos -con la salvedad de Bankinter- los que deciden cobrar a sus clientes comisiones de mantenimiento y gestión de cuenta y tarjeta, especialmente a aquellos que no tengan domiciliada una nómina o pensión, o sus recibos principales.
La Asociación de Usuarios Financieros, ASUFIN, señala que el año 23 subieron de media un 3,5% y que, con este incremento, el coste máximo de administración de las cuentas de ahorro de los bancos españoles pasa de 145,82 a 150,91 euros de media. Sube también el coste de las transferencias ordinarias un 69% en un solo año, al pasar de una media de 1,26 euros, en su importe mínimo, a 2,13 euros. En total, en los últimos cuatro años, los costes básicos han subido un 26,47%, frente al 18,99% del IPC, un 7,48% más. Tan sólo bajan las comisiones relacionadas con la tenencia y uso de tarjetas de débito en consonancia con su política de ahorrar en oficinas y personal. El ahorro más importante está en la comisión anual de mantenimiento de la tarjeta que, tras un ligero descenso entre 2022 y 2023, en este año vuelve a rebajarse hasta los 25,91 euros, 4,09 euros menos que los 30 euros del pasado ejercicio.
La banca española a la cola de la remuneración de depósitos
El mayor negocio bancario, sustentado como ya hemos mencionado en la subida del precio del dinero por el BCE, está en la rentabilidad que ofrece por los depósitos, donde se sitúa a la cola de Europa y eso que ha mejorado un poco. Pero con su 2,22% de media en los depósitos a un año, se encuentra muy lejos de otros países como Francia que se sitúa en el 3,46%, Italia (3,35%) o Alemania (2,78%). La banca española solo mejora la remuneración del ahorro de los hogares respecto a los bancos de Eslovenia, Chipre, Croacia, Grecia y Portugal.
Esta situación, muy de exprimir a los consumidores bancarios, propia de la banca española, repercute en la cuenta de resultados récord de nuestras entidades financieras por el crecimiento de los márgenes producido con la subida de tipos y la ausencia de remuneración de los depósitos. Y como el sector financiero tiene liquidez, propiciada por la ausencia de crédito a los hogares, no se espera que la situación cambie este 2024. Y es que mientras que en las hipotecas el ajuste es automático, en los depósitos depende de la negociación con cada entidad.
La disminución del saldo vivo hipotecario como problema para el 2024
Pero todo tiene sus pros y sus contras y así, la subida de las hipotecas y la baja remuneración de los depósitos, ha propiciado que muchos hipotecados hayan ido amortizando capital. De esta forma, el saldo vivo de los créditos para adquisición de vivienda en España cerró el año pasado con su peor situación en 18 años, cayendo a niveles de 2005 y por debajo del medio billón de euros, según los datos publicados por el Banco de España. En concreto, este saldo vivo hipotecario se situó en diciembre en 494.986 millones de euros, lo que supone un descenso del 3,1% en comparación con diciembre de 2022 y una caída de del 0,3% frente al mes anterior.
De tener una debacle con los beneficios ha salvado a los bancos la subida de precio de la cartera por el incremento del euríbor, al estar formada en su mayor parte por créditos variables. El interés medio de las hipotecas se situó en el 3,46%, su nivel más alto desde 2014.
Sin embargo, la subida vertiginosa del euríbor no ha sido la única razón de esa disminución del saldo vivo de los créditos hipotecarios. Los bancos están concediendo menos hipotecas, debido a que han subido su precio. Es una de las consecuencias que buscaba el BCE con la política monetaria más restrictiva. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran una nueva caída de las hipotecas en marzo de este año, de las 34.823 operaciones de marzo de 2023 se ha pasado a las 28.618 del pasado marzo, con un descenso porcentual del 17,8%, con unas 6.200 operaciones menos.
También influye en la caída del saldo hipotecario vivo que cada vez se pagan más casas al contado o se disminuye la cantidad que se pide al banco. Según los datos de los notarios, en diciembre de 2023, sólo el 42,5% de las viviendas se compraron con hipotecas.
Bajada de tipos sí, pero más cicatera de lo previsto
La siguiente cuestión a tener en cuenta y que puede animar tanto el mercado hipotecario como el inmobiliario, es la casi segura bajada de tipos por parte del BCE el próximo día 6 de junio. Y según gran parte de los analistas y debido por un lado a los buenos datos de la inflación y por el otro a la mala situación económica de algunos países, podrían ser tres las bajadas de tipos en lo que resta del año, aunque la siguiente ya parece seguro que no se producirá en julio por la resistencia de la inflación a ceder en sus últimos tramos.
Y es que, aunque quede feo decirlo, el BCE esperaba unos peores datos económicos de los que se están obteniendo, una economía que no termina de enfriarse, con un mercado laboral que sigue creando empleo, unos salarios que resisten y se incrementan ligeramente y una economía que se mantiene alegre, contra todo pronóstico. Por eso la primera intención de bajar los tipos en seis ocasiones ya se ha quedado en tres y podría seguir a la baja para desesperación de los hipotecados que pensarán que los espejismos existen.
Ha sido De Guindos quien ha echado el jarro de agua más fría, asegurando que hay demasiada incertidumbre como para comprometerse con una senda concreta de recortes de tipos a partir de junio. Detrás de este comentario se esconde una preocupación por la baja productividad y un riesgo de incremento de la inflación a finales de año.
Ya está llegando la guerra hipotecaria, ¿quién da menos?
Si las entidades bancarias quieren incrementar, como han asegurados sus principales directivos, los beneficios de este año, deberán mantener e incrementar el saldo vivo hipotecario. Y ello podría suponer el inicio de una guerra hipotecaria entre entidades coincidiendo con la primera bajada de tipos del BCE y con el cambio de tendencia en la compraventa de viviendas que se observa desde abril, aunque ya dio su primer aviso en febrero. De momento las bajadas en los intereses que ofrecen los cinco grandes están siendo paulatinas, muy pensadas y muy centradas en las hipotecas fijas. Por el contrario, apenas se han registrado cambios en las variables, sujetas al euríbor, al igual que en las mixtas, en los que las nuevas ofertas también son menos agresivas con respecto a las realizadas anteriormente.
Además de las reticencias a marcar con claridad el camino del descenso en los tipos, el otro gran nubarrón, más que sombra, es la escasez de oferta de vivienda que podría ralentizar la recuperación del mercado hipotecario. No hay apenas producto de calidad que comprar, aunque se está produciendo un interesante cambio con la obra nueva, que tras un largo periodo a la baja, ante la falta de permisos de obra, mano de obra cualificada y el encarecimiento de los materiales, está empezando a asomar.
Este pasado mes de marzo, la segunda mano representó el 92,72% de las viviendas adquiridas, en tanto que la obra nueva se situó en el 7,28%. Esta cifra, aunque aún pequeña, representa un aumento significativo respecto a febrero, cuando apenas reflejaba el 2,87% del total.
Y en lo referente a las hipotecas, parece que se están recuperando las fijas, pero las hipotecas mixtas mantienen su pujanza. Seguridad que aporta una hipoteca fija frente a una apuesta por el futuro descenso del Euríbor, pero dentro de unos márgenes de riesgo aceptables de la mixta. Por contra las variables están casi desaparecidas.
Un semestre para aprovechar, que el 2025 puede ser una incógnita
Vamos a tener un segundo semestre del año interesante y movido. Sin apenas producto barato por el apetito de los inversores en alquiler vacacional o temporal, con propietarios no negociando precios o ya subiéndolos y con las hipotecas de vuelta. La ausencia de producto en general y no sólo el de calidad y precio ajustado, va a ser la pesadilla de los intermediadores inmobiliarios. Pero de esto también se sale y el año que viene todo puede dar un vuelco, en un sentido o en el otro. ¡Ya iremos viendo!
Eduardo Lizarraga
WWW.AQUIMICASA.NET
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