El precio de la vivienda en la eurozona y en el conjunto de la Unión Europea ha registrado en 2023 su primera caída en los pasados diez años, según el índice de precios de la vivida de la Oficina de Estadística Europea. Y lo ha hecho al descender un 1,1% el coste de comprar una casa frente al 0,3% en el conjunto de la Unión Europea. Y la situación se debe a  la debilidad inmobiliaria que afecta a las grandes economías del centro y norte del bloque por el mantenimiento de los altos precios del dinero que el BCE se empeña en no disminuir.

En Luxemburgo y Alemania sufren los mayores descensos de precio

Según los datos de Eurostat, los precios de los inmuebles residenciales bajaron el año pasado en nueve de los veintisiete países miembros de la UE, sin contar con los datos de Grecia e incluyendo seis de los veinte de la zona euro.

Han sido Luxemburgo y Alemania los países que han sufrido en 2023 los descensos de precios de la vivienda más intensos, con caídas del 9,1% y del 8,4%, respectivamente, la primera bajada desde el 2009 en el caso dell Gran Ducado y desde el 2007 en el de la algo maltrecha locomotora europea.

Otras caídas significativas del precio de las casas se observaron en los mercados inmobiliarios de Finlandia (-5,6%); Suecia (-5,3%); Dinamarca (-3,6%); Austria (-2,6%); los Países Bajos (-1,9%) y Chequia (-1,7%). Tampoco se ha librado Francia donde la corrección a la baja ha sido de un 0,4% , su primera caída desde el 2015, aunque inferior a la media de la eurozona.

España sube un 4% en el pasado año pero sufre una desaceleración desde el 7,4%

En el otro lado de la tabla, los mayores avances de los precios de las viviendas el año pasado se producen en Croacia (11,9%); Bulgaria (9,9%); Lituania (9,8%); Polonia (8,8%); Portugal (8,2%); Eslovenia (7,1%); Estonia (5,9%); Hungría (5,6%); Malta (5,3%) y España (4%).

En el caso del mercado español, la subida del 4% del precio de la vivienda en el 2023 supone una desaceleración respecto del alza del 7,4% en 2022, aunque prolonga por décimo año consecutivo el actual ciclo de subidas del coste de la vivienda, después de sufrir caídas anuales ininterrumpidas entre el 2008 y el 2013 tras el estallido de la burbuja inmobiliaria.