No se puede negar que hemos tenido una semana muy interesante, en la que el esperpento, la sinvergonzonería y el oscurantismo han sido los protagonistas, aunque algo de humor también hemos podido presenciar.

Uno de los actores destacados ha sido el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, que en un desliz imprudente ha mostrado lo que esconde en su interior y lo que opina de unos cuantos millones de españoles, muchos de ellos sus clientes. Todos sabemos ya que a muchos de nosotros nos llamó tontos, con toda la desfachatez y la “clac” presente riéndole la gracia.

El epíteto lo dirigió a todos esos millones de españoles, nada menos que 10, es decir casi la cuarta parte de la población, que disponen de la tarifa regulada por el Gobierno (PVPC) y no compran directamente su electricidad en el mercado libre. Y como lleva más de 20 años al frente de Iberdrola sabe perfectamente lo que es el bono social, que disponen de él alrededor de un millón de personas y que es condición “sine qua non” estar adscrito a la tarifa semi regulada para poder solicitarlo y disponer de él.

Y aunque sabe que estas familias ganan menos de 1.500 euros al mes, lo que gana él a la hora, su endiosamiento le lleva al insulto y el agravio hacia los más vulnerables. Y esto es sencillamente asqueroso y más teniendo el conocimiento, posición y reconocimiento que tiene este individuo, Sánchez Galán. Debe estar muy dolido con esos millones de personas que le restan ingresos para actuar así ante las cámaras.

Su empresa, Iberdrola, obtuvo en 2021 unos beneficios históricos, alcanzando la cifra de 3.855 millones de euros, es decir, un 8% más que el año anterior. En casi idéntica proporción subió el sueldo de Ignacio Sánchez Galán, que percibió un total de 13,205 millones de euros, 36.172 euros al día, 1.507 a la hora; es decir, un 8,23% más que el año anterior. En la presentación de esos resultados a los accionistas, que babeaban ante la promesa, se comprometió a llevar los beneficios de la eléctrica a los 4.200 millones este año.

Y para ello, además de triquiñuelas varias, como vaciar embalses, trampear con tarifas y cobrar la luz hidroeléctrica a precio de gas, el presidente de Iberdrola ha impuesto unas tarifas en los suministros energéticos que vacían nuestros bolsillos y colocan en mala situación a centenares de miles de empresas de este país que dice es el suyo.

Las empresas energéticas se están aprovechando de las políticas de fiscalidad impuestas por el Gobierno y están encareciéndose de forma importante en los últimos meses las ofertas del mercado libre siendo cada vez más las que, a pesar de las palabras del listo de Iberdrola, resultan más caras que la tarifa semi regulada (PVPC).

Y estando las ofertas del mercado libre de la electricidad, algunas por arriba y otras por debajo de esta tarifa que da derecho al bono social, la situación en el mercado del gas es muy diferente. La factura de un usuario de gas natural se infla entre un 91 y un 177% si tiene contratada una tarifa de mercado libre en lugar de la regulada Tarifa de Último Recurso (TUR).

Y efectivamente es Iberdrola, con diferencia, la compañía con las ofertas más caras. Un usuario con un consumo mensual de 9.600 kilovatios hora (kWh) al año (800 al mes) paga con ella una factura mensual de 174,14 euros. Es un 230,8% más que con su oferta de mayo de 2021, cuando el recibo para ese consumo era de 52,65 euros.

Es decir, el importe de la factura de Iberdrola casi multiplica por tres los 62,76 euros que abona el mismo usuario con la TUR correspondiente a los hogares con consumos de entre 5.000 y 15.000 kWh al año.

Tal vez el enfado que denota la salida de tono del primer ejecutivo de Iberdrola se deba a que con las medidas del Gobierno para abaratar la luz, con un coste fiscal de unos 12.000 millones de euros, así como el intento de pasar más personas al bono social y la bajada del precio del gas para su producción, el deslenguado Sánchez Galán vea difícil llegar a los 4.200 millones de beneficios este año, como había previsto, con lo que su sueldo y bonus también se verían reducidos.  Recordemos en este sentido sus declaraciones contra la excepción ibérica que los presidentes de España y Portugal obtuvieron de Bruselas.

Pero, aunque no creo que un millón arriba o abajo le importen demasiado. Lo cierto es que Iberdrola está siendo una de las empresas menos empáticas con la ciudadanía, obviando la responsabilidad social y no facilitando la información -es la única- para poder actualizar el IPC y que éste refleje el coste real de la electricidad, con lo que bajaría la carga inflacionista para todo el estado. ¿Será un rejón político al Gobierno por ser chicos malos y echarle abajo sus previsiones?

Y si Sánchez Galán ha ocupado el puesto de sinvergüenza de la semana, desbancando por una vez a Olona o Ayuso, el esperpento ha corrido a cargo de la izquierda de Andalucía, que en poco menos de una semana se ha cargado cualquier posible expectativa que pudieran tener. Y no se puede negar que han obtenido un “cum laude” en el proceso, explicado por su largo historial de imbecilidades personalistas.  Y luego se quejan de que el electorado no les entiende…

Serán seis coaliciones de izquierdas las que se presentarán el próximo día 19 de junio a las elecciones andaluzas, la mayoría de ellas en todas las provincias salvo Conecta Andalucía que se presenta tan sólo en Málaga. Pero ni Podemos, ni Alianza Verde estarán con ellos, porque tensaron tanto la cuerda para tratar de imponer hasta el último minuto a su propio candidato como cabeza de cartel para las elecciones, que llegaron tarde a la inscripción. La Junta Electoral de Andalucía les rechazó el escrito de subsanación  y no van a presentar recurso ante la Junta Electoral Central, supongo que para no seguir revolviendo que olerá peor.

La coalición, en boca de la candidata de la confluencia a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Inmaculada Nieto (IU), ha pedido «disculpas por el bochornoso espectáculo de la última semana, pero aún no ha aclarado como lo van a solucionar para cumplir el acuerdo político y que Podemos esté en las listas electorales, aunque sea como independientes.

Pero hay más problemas de fondo a resolver y no pequeños; al no formar legalmente parte de la confluencia, Podemos no está en los órganos de dirección y coordinación de ‘Por Andalucía, tampoco podrá tener acceso a las subvenciones electorales y fondos parlamentarios y quedan en el aire el reparto de los cargos electos en los órganos de gobierno andaluces, comisiones, Cámara de Cuentas… demasiados problemas cuando se ha empezado con mal pie.

Si según las encuestas tenían pocas posibilidades, con lo sucedido se promete una buena debacle. A ver a quien se le echa la culpa al día siguiente…

La oscuridad de la semana ha corrido a cargo del Gobierno, el CNI y su estructura, compitiendo para aclarar el nombre del “Anacleto agente secreto” que ha puesto el conocido programa israelí Pegasus en los teléfonos de parte del Gobierno. El problema se ha cobrado la primera cabeza en Paz Esteban,  directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que ha sido destituida por el Gobierno. La jefa de los espías estaba defenestrada desde que reconoció en el Congreso que se había espiado al Presidente de la Generalitat, Pere Aragonés y a otros 18 políticos catalanes implicados en el Procés, siempre con aval judicial.

Pero había que buscar un motivo que no diera tanta gasolina al bloque de las derechas en el Parlamento, que lo tomarían como una concesión al independentismo. El espionaje a 3 de los teléfonos móviles más sensibles y protegidos del país: Presidente del Gobierno, Ministra de Defensa y Ministro del Interior, parece argumento lo bastante grave como para que ruede alguna cabeza y no iba a ser ni la de Robles ni la de Bolaños.

El bloque de investidura quiere saber más y tener respuestas, por eso volverá a exigir la creación de una comisión de investigación para depurar responsabilidades, como ya se hizo la pasada semana y el PSOE, Ciudadanos, VOX y el PP tumbaron. Es preciso saber quién está detrás del espionaje… ¿será Marruecos como apuntan algunos datos?… pero seguro que nunca lo sabremos.

También esta semana nos hemos enterado que Putin pretendía ayudar a Puigdemont en su declaración unilateral de independencia, para lo que le pasaría generosamente 500.000 millones, llevando a 10.000 soldados a desembarcar en la Barceloneta. Si no fuera por la actual situación en Ucrania se podría hacer algún chiste con los ruskis y las mongetes con butifarra.

Y terminando que esto se alarga, me ha hecho gracia la cara de sorpresa y desazón del presidente de la patronal madrileña, (CEIM), Miguel Garrido y de sus dos acompañantes, organizadores del primer Fórum sobre liderazgo empresarial y directivo Madrid Leaders Forum, cuando la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, se ha negado a hacerse la foto con ellos, por ser la única mujer, tal y como advirtió en febrero que haría si se daba esta circunstancia. Lo cierto es que creo que se ha marcado un buen tanto en la lucha por la igualdad de la mujer en los ámbitos profesionales y empresariales.

Semana movidita y con los políticos cada vez más alejados de la realidad, como lo demuestra el sondeo del CIS, que asegura que son el primer motivo de crispación para más del 90% de la población. Demasiado endiosado, narcisista, vago e inculto en política. Aunque, como vemos por Sánchez Galán, también están en otros lugares.  La semana que viene hablaremos del inmobiliario, que va calentito.

Eduardo Lizarraga

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