Aunque a trompicones y en muchas ocasiones impulsados por las sanciones que pueden comenzar a llegar, los ayuntamientos españoles van implementando las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE).  Dicha implantación de zonas ZBE es obligatoria en los municipios de más de 50.000 habitantes, que deben establecer áreas (generalmente centrales) donde se establezcan limitaciones y restricciones a la circulación.

El objetivo es la reducción de la contaminación en los núcleos urbanos que conlleva una clara mejora en la calidad de vida. Pero no es una razón que convenza mucho a los ciudadanos, que se van a ver obligados a cambiar de vehículo o a modificar sus hábitos. Situaciones ambas que comportan un elevado coste económico.

El Plan MOVES, unas ayudas que no llegan

Una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) apunta que uno de cada dos afectados por la paulatina entrada en vigor de la ZBE ha cambiado sus hábitos de movilidad (más transporte público, otras rutas…), pero también que el 23% ha tenido que cambiar de coche; y otro 13% lo está valorando. Un esfuerzo importante para cualquier hogar, lastrado por el extraordinario retraso de las ayudas del Plan Moves III, que tardan hasta un año en hacerse efectivas.

El retraso en las ayudas, cuya cuantía puede ascender a 7.000 euros si se entrega a cambio un vehículo para achatarrar, está desincentivando la compra de coches menos contaminantes. De hecho, marcas como Fiat, Renault y MG han comenzado a adelantar a los compradores las ayudas del Plan Moves III. Es por ello que OCU insta al Gobierno a agilizar la concesión de las ayudas, para que se concedan en el mismo momento de la compra del vehículo, tal y como se contemplaba en el anterior Plan Pive, mucho más sencillo y efectivo, de la misma forma que se hace en otros países como Italia o Austria. Otra solución interesante, por su inmediatez, sería descontar el importe de la ayuda del Plan Moves III del coste del IVA.

Las emisiones reales deben sustituir a las de tipo de motor

OCU mantiene además su petición de revisar el sistema de etiquetas de la DGT de modo que se contemplen las emisiones reales, no el tipo de motor del coche. Un estudio reciente de la Organización revela que los automóviles más vendidos con motor de combustión y etiqueta C generan unas emisiones de CO2 durante su ciclo de vida similares o incluso menores a buena parte de los vehículos Mild hybrid y algunos de los híbridos más grandes y potentes, con etiquetas Eco o Cero emisiones que facilitan su acceso y aparcamiento a las ZBE.

Al mismo tiempo, OCU recuerda a las administraciones la necesidad de impulsar otras medidas que prioricen medios de transporte alternativos, como la construcción de parkings disuasorios en los límites de las ZBE, gratuitos y bien conectados con el centro mediante transporte público. Has ahora los parkings han sido disuasorios por el elevado precio de dejar el vehículo en ellos.

El transporte también debe impulsarse en la misma medida, aumentando su capacidad y su frecuencia de paso y complementándolo con una amplia red de carriles bici protegidos y conectados entre sí. La intermodalidad entre los diferentes medios de transporte y la peatonalización de las zonas históricas y comerciales son otras medidas fundamentales para mejorar la calidad del aire en las ciudades y la salud de sus vecinos.