La Sareb o banco malo, la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria,  perdió en 2019 algo menos de 900 millones de euros. Una cifra es muy parecida a las pérdidas que la entidad registró en 2018 y que alcanzaron los 878 millones de euros. Son ejercicios miméticos, con unas pérdidas diseñadas desde el año anterior cuando ya en marzo del 2018 las anunciaron para el 2019.

El no declarado rescate bancario de 2012, para que tuviera la aquiescencia europea, tuvo que cumplir con una serie de condiciones y una de ellas fue la creación de la Sareb con un préstamo bancario de 50.000 millones por parte de la UE y que fue avalado por el estado español.

El dinero se empleó en comprar los créditos fallidos que promotores y particulares tenían en las cajas y bancos que se rescataron. Unas 250.000 propiedades inmobiliarias, que a día de hoy son de propiedad semipública y que si viviéramos en un estado social se hubiera destinado a componer el necesario parque social de viviendas que necesitamos. Con ello se hubiera controlado el precio de los alquileres y la sociedad tendría una liquidez suficiente para que el consumo tirara con fuerza de la economía. En su lugar se dejó a los bancos que hicieran negocios con los fondos buitre que ahora tienen controlado el mercado del alquiler.

La Sareb lleva varios años teniendo pérdidas y parece que le va a resultar un tanto difícil devolver los 40.000 millones de euros que aún debe, y eso que ya ha hecho 24.000 millones de caja vendiendo activos. Y ya le quedan tan sólo poco más de seis años para poder hacerlo. Claro está que si no lo consigue tampoco pasa nada, ya que aunque la sociedad está en quiebra, el Estado es avalista. La Sareb es un despropósito, que paga comisiones mil millonarias, tiene mucho personal y sueldos altos.  Y ya ha malvendido a los fondos lo mejor que tenía.

Pero Bruselas no se quedará sin cobrar y seremos los ciudadanos los que de nuevo paguemos otro rescate bancario cuando llegue el momento. A pesar de las pérdidas, la quiebra técnica de la entidad y el aval del Estado, Sareb reparte un bonus entre sus 400 empleados. Un bonus variable, del primero al último y por una cuantía de entre el 8 y el 25% de su retribución.

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