Acaban de hacerse públicos los datos del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE) correspondientes al primer trimestre de 2014. Y en ellos se muestra que los jóvenes sufren una desventaja alarmante para acceder a una vivienda, ya que deberían cobrar un 105,14% más de lo que cobran. Y con los salarios que perciben es imposible independizarse y no hay vivienda, ni familia ni proyecto de futuro.

Desde el Ministerio de Fomento se muestran preocupados porque el stock de viviendas vacías disminuye de forma insignificante, pero desde el Gobierno siguen insistiendo en obedecer la voz de los empresarios haciendo el trabajo precario a la vez que bajan los salarios y disminuyen las prestaciones sociales. Parece que no entienden que los primeros que necesitan vivienda son los que van a formar un hogar. Y sin trabajo digno no hay adquisición de vivienda, ni crecimiento demográfico, ni futuro para el país. Pero es la España que nos hemos regalado en las urnas.

Según el CJE, tan solo el 22,3% de los jóvenes, es decir, de las personas de entre 16 y 29 años ha logrado establecerse en una vivienda independiente durante los tres primeros meses de 2014, o lo que es lo mismo, el 77,7% de los españoles menores de 30 años todavía vive con sus padres. Y es que con la media del salario actual una persona joven tendría que destinar el 61,5% de sus ingresos para poder acceder a una vivienda en propiedad, pequeña, eso sí, porque la superficie máxima que se puede permitir es de 48,7 metros cuadrados.

Las principales causas de que la emancipación sea para la gran mayoría de los jóvenes españoles una utopía son la exclusión del mercado laboral y la precariedad de los empleos. Y por eso, y por el futuro del país -que nos lo estamos jugando en estos años- el Gobierno de Rajoy o el que venga, deben invertir y poner en marcha un mercado laboral laboral que garantice derechos, calidad y condiciones dignas para el empleo de las personas jóvenes.

De acuerdo a lo que reflejan los datos de la CJE la tasa de paro de las personas menores de 25 años alcanza el 55,5%. A la vez la tasa de temporalidad continúa aumentando; así ha pasado del 46,6% del mismo periodo del año anterior, al 49,6%. También gana posiciones la ocupación a tiempo parcial, que ocupa ya al 28,1% de los jóvenes empleados. Y es cierto que tenemos la generación más preparada que España ha tenido jamás, pero la triste realidad es que el 54,9% está realizando un trabajo que requiere un nivel inferior de cualificación al que tiene.