La recuperación del mercado inmobiliario, iniciada a finales del año pasado y consolidada por los resultados de estos primeros meses del año, llega de la mano de la vivienda de segunda mano. Todos los datos destacan esta opción frente a la vivienda nueva. Y son varios los motivos que decantan a los compradores por la vivienda de segunda mano. Una de los primeros la carga impositiva.

El Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP),que afecta a la vivienda de segunda mano, varía en cada comunidad autónoma entre el 6% del importe escriturado, en comunidades como Madrid, al 10% de Cataluña. En el caso de la vivienda nueva el impuesto que graba la vivienda, el IVA, siempre es el 10%, desde que el Gobierno decidiera eliminar el IVA reducido del 4% que se aplicaba hasta el 1 de enero de 2013. Tan sólo se ha mantenido en el caso de las viviendas de protección oficial de régimen especial y las de protección oficial de promoción pública en que el IVA sí es del 4%.

A este impuesto, ya sea por la adquisición de una vivienda nueva o usada, cuando la misma se realiza mediante un préstamo hipotecario, se ha de abonar el impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados (AJD), que oscila entre el 0,5% y el 1,5% del precio de venta según la comunidad autónoma. En la de Madrid este impuesto es del 0,75%. Por su parte, los gastos de notaría, registro y gestoría son los mismos para las dos tipologías de vivienda, en torno al 2%.

Pero no todo son ventajas para la venta de la vivienda de segunda mano, y es que la facilidad de financiación que ofrecen las promotoras y los bancos dueños de las viviendas no las puede ofertar el particular. La obra nueva tiene normalmente un préstamo concedido al promotor que permite la subrogación del potencial comprador. Y las entidades financieras dan más facilidades de crédito para colocar sus productos, sean nuevos o usados.

Además es preciso añadir que muchos particulares prefieren comprar una vivienda de segunda mano en una finca ya consolidada, con los servicios cercanos y bien comunicada, y reformarla a su gusto, que alejarse al extrarradio y ajustarse a la disposición de la vivienda nueva que nos ofrecen, vivienda que también tendrá unos gastos mayores por zonas comunes, piscina, jardín… Opción esta que puede resultar un 20% más cara que la vivienda de segunda mano, incluyendo la reforma.

Por todo esto es de suponer que la vivienda de segunda mano continuará siendo la protagonista de la recuperación inmobiliaria, también durante el año 2015.