Han tardado casi dos años en lograr un acuerdo, pero al final lo han hecho. Y es que la estafa que varios bancos europeos hicieron a todos los hipotecados con la manipulación del euríbor no puede volver a realizarse. Los Veintiocho han aprobado el compromiso alcanzado con el Parlamento Europeo para aumentar los controles sobre la elaboración de índices de referencia que se usan para calcular el tipo de interés de las hipotecas, como el euríbor o el líbor, con el objetivo de incrementar la transparencia y evitar su manipulación. Pero falta una medida fundamental y es que no se obligará a los bancos a devolver lo percibido de forma ilegal con un euríbor amañado.

Los países de la UE han tomado esta decisión a nivel de representantes permanentes, después que que la Eurocámara y el Consejo de la UE alcanzaran un acuerdo en noviembre de 2014. La nueva regulación debe ser sometida ahora a votación por parte de la Eurocámara y aprobada por el Consejo para su adopción final.

La decisión unánime de los países de la UE responde a los escándalos de manipulación del euríbor o del líbor por parte de grandes bancos, el Deutsche Bank entre ellos, una gran estafa que les produjo grandes beneficios a costa de consumidores europeos e inversores. La multa con la que les penalizaron les compensó de forma sobrada los beneficios obtenidos. La nueva regulación introduce un código de conducta vinculante para los proveedores de datos, mientras que los administradores de estos índices tendrán que pedir una autorización para operar y estarán sujetos a la supervisión de la autoridad competente de cada país donde estén localizados, que podrá denegar o suspender su solicitud. La coordinación de la supervisión estará a cargo de la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA).

No obstante, para índices considerados de especial importancia, la supervisión correrá a cargo de un colegio de supervisores nacionales que incluirá a la ESMA. El objetivo es mejorar los controles de los procesos para establecer los índices, incrementar la calidad de los datos que se aportan a dicho proceso, asegurar que los administradores y la información que aportan están sujetos a los debidos controles y no suponen conflictos de interés y proteger a los consumidores e inversores. En resumen evitar que otra estafa de estas características pueda realizarse. Pero de que los bancos devuelvan el producto de la estafa nadie ha hablado.