La tendencia que comenzó el verano pasado, por la que los españoles priorizan su estancia vacacional en chalets y apartamentos alquilados, frente a los hoteles, para garantizar una mayor seguridad frente al coronavirus por estar menos expuestos al contacto con otras personas, continúa este año y ha impulsado, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), las estafas en este sector.

Recientemente hemos sido testigos de cómo la empresa Dream-Travel ha dejado sin alojamiento a miles de usuarios que, atraídos por las casas apetecibles a precios irresistibles, han picado el anzuelo, haciendo una reserva por transferencia bancaria a cambio de un inmueble inexistente.

Y la situación ya había sido detectada previamente, como puede comprobarse en la web scamadviser.com que manifiesta al respecto: «Hemos escaneado dream-travel.holiday en busca de varios indicadores y creemos que la página web puede ser una estafa. Ten extremo cuidado al usar esta página web. Scamadviser revisa automáticamente cada sitio web en 40 aspectos diferentes, como quién es el propietario de la web, si los datos de contacto están ocultos, dónde está alojada la página, cuál es la tecnología que está utilizando, y mucho, mucho más. Basándonos en toda la información recopilada, creamos una puntuación de confianza. dream-travel.holiday tiene una puntuación de confianza muy baja según nuestro algoritmo. Sin embargo, los ordenadores pueden estar equivocados. Esta web tiene alta indicación de ser una estafa, pero puede que sea segura de usar».

Aunque el mayor riesgo está asociado con alojamientos que en realidad no existen, hay un alto porcentaje que, aun correspondiendo a una casa real, no son veraces sobre las condiciones que ofrecen en sus anuncios.

Si la falsedad es de tal envergadura que el consumidor no sólo no pudo disfrutar de la estancia sino que ni si quiera pudo reclamar al anunciante, el consejo de OCU es denunciarlo ante la policía o al grupo de delitos informáticos de la Guardia Civil y que así se pongan los medios para que estas situaciones no se repitan.

Otra circunstancia relativamente habitual es que el estado de la vivienda no se corresponda con el acordado, en cuyo caso el arrendatario debería reclamar, adjuntando las fotografías y las condiciones reflejadas en el anuncio: bien al propietario, si no hubo intermediarios, bien a la plataforma o a la agencia, si se contrató a través de alguna de ellas. Las comunidades autónomas cuidan bastante sus competencias en lo que respecta a los alojamientos vacacionales y están dispuestas a imponer sanciones a quienes incumplan la regulación o perjudiquen la imagen del turismo en su comunidad, por lo que resulta aconsejable presentar una denuncia ante la Dirección General de Turismo de la correspondiente comunidad autónoma.

Cuando las fotos difieren sustancialmente de la realidad, tanto que la elección del consumidor habría sido distinta, debe denunciarse la falsedad ante la web de anuncios. Estas plataformas suelen tener un canal de atención habilitado para las denuncias o quejas de los usuarios, ya sea vía correo electrónico o por teléfono. Asimismo, los usuarios deberían dejar sus comentarios en el anuncio para ayudar a otros buscadores de vivienda que no caigan en la misma trampa. Y es bueno sospechar de páginas recientes llenas de valoraciones positivas.