El euríbor a 12 meses, el principal indicador de referencia para las hipotecas variables en España, ha iniciado el otoño con un leve repunte, marcando una fase de estabilidad con tendencia al alza tras varios meses de descensos. A falta de confirmación oficial por parte del Banco de España, el euríbor ha cerrado septiembre con una media del 2,172%, su nivel más alto de los últimos seis meses y la segunda subida consecutiva. Aunque la cifra es modesta, supone un cambio de tono en la evolución de los tipos y podría anticipar un nuevo periodo de resistencia del indicador en los próximos meses.

Sin embargo, y pese a esta leve subida, el ciclo de rebajas en las cuotas hipotecarias aún no ha terminado. Los titulares de préstamos referenciados al euríbor que deban revisar su hipoteca en octubre o noviembre seguirán notando reducciones en sus mensualidades, aunque más moderadas que en revisiones anteriores.

Los hipotecados que revisen su hipoteca verán bajar las cuotas

El comportamiento del euríbor durante los últimos meses sigue beneficiando a los hogares que revisan su hipoteca en este tramo del año. En marzo, el indicador se situaba en torno al 2,4%, y en septiembre del año pasado, en el 2,9%. Esta diferencia sigue generando un margen suficiente para que, incluso con el euríbor en el 2,17%, las cuotas hipotecarias sigan bajando.

Para una hipoteca media de 150.000 euros a 25 años con un diferencial de euríbor +1%, la mensualidad pasará de unos 786 euros a aproximadamente 724 euros, lo que supone un ahorro cercano a 60 euros mensuales o 740 euros al año. En préstamos de mayor importe, el efecto es aún más notable: un crédito de 300.000 euros se reducirá unos 124 euros al mes y cerca de 1.500 euros anuales.

No obstante, el impacto final dependerá de varios factores, como el capital pendiente, los años amortizados o el diferencial pactado con la entidad. Además, la estabilidad actual del indicador sugiere que los movimientos de las cuotas en los próximos meses serán suaves, sin grandes oscilaciones.

Con esta tendencia actual, las próximas revisiones también serán a la baja

El consenso de los analistas apunta a que el euríbor se mantendrá estable en torno al 2,1%-2,2% hasta finales de 2025, lo que implica que las próximas revisiones semestrales y anuales seguirán reflejando una reducción en las cuotas, aunque cada vez más contenida. Los expertos coinciden en que el grueso de las rebajas ya ha pasado, y lo que queda por delante es un escenario de mantenimiento y estabilidad.

Esta tendencia es consecuencia directa de la política del Banco Central Europeo (BCE), que ha optado por mantener los tipos de interés en el 2% en su reunión de septiembre y ha dejado entrever que no habrá cambios significativos en lo que resta del año. En este contexto, el euríbor ha dejado atrás la volatilidad de 2022 y 2023 y se ha adentrado en una fase de consolidación.

De acuerdo con fuentes del mercado, el indicador “ha encontrado su zona de equilibrio”, donde las subidas y bajadas mensuales serán marginales. Esto no implica que desaparezca por completo la incertidumbre —pues los mercados internacionales siguen condicionados por factores como la inflación y las tensiones comerciales—, pero sí que el euríbor ha alcanzado un punto de estabilidad razonable tras dos años de bruscos movimientos.

Las previsiones de un euríbor por debajo del 2% quedan muy cuestionadas

A comienzos de año, varios informes económicos apostaban por que el euríbor podría cerrar 2025 por debajo del 2%, en un escenario de relajación monetaria y enfriamiento económico en la eurozona. Sin embargo, los acontecimientos recientes han cuestionado esas previsiones optimistas.

Según los analistas de Ebury, la fintech vinculada a Banco Santander, “el listón para que se reduzcan los tipos de interés de nuevo está extremadamente alto”. La compañía considera que el ciclo de recortes del BCE ha terminado y que la probabilidad de nuevas bajadas es “sumamente remota”.

Para que el BCE contemple una mayor flexibilización, sería necesario que existieran evidencias claras de un deterioro económico en la zona euro o un impacto significativo de los aranceles estadounidenses sobre las exportaciones europeas, algo que por ahora no parece probable. Este contexto explica que el euríbor se mantenga estable y que las proyecciones que apuntaban a un descenso por debajo del 2% se hayan ido diluyendo progresivamente.

En definitiva, aunque el euríbor se ha estabilizado, el margen para nuevas bajadas es muy limitado. A medio plazo, los expertos creen que el indicador se moverá en una horquilla de entre el 2% y el 2,3%, lo que supone una pausa en la trayectoria descendente y aleja la posibilidad de tipos ultrabajos a corto plazo.

No se prevé una bajada de tipos en la próxima reunión del BCE el 30 de octubre

El próximo 30 de octubre el BCE celebrará su última reunión antes del cierre del año, y todo apunta a que no habrá cambios en los tipos de interés. La institución presidida por Christine Lagarde ha reiterado que seguirá priorizando la estabilidad de precios frente a la presión de los mercados y los gobiernos europeos para aliviar el coste de las hipotecas.

Las señales que llegan desde Fráncfort son claras: el BCE considera que los actuales niveles de inflación —en torno al 2,5% en la eurozona— no justifican una bajada de tipos. Además, teme que una relajación prematura de la política monetaria reavive las tensiones inflacionistas y obligue a futuras correcciones más drásticas.

En este contexto, los hogares españoles con hipotecas variables pueden respirar con cierta tranquilidad, sabiendo que las cuotas seguirán moderándose durante los próximos meses, pero deben también asumir que el escenario de tipos bajos ha quedado atrás.

La estabilidad del euríbor no implica que las hipotecas vuelvan a los niveles de 2020 o 2021, cuando el índice se situaba en terreno negativo, sino que el mercado ha alcanzado una nueva normalidad donde la moderación y la previsibilidad son las notas dominantes.

Un respiro para los hipotecados, pero con prudencia

El comportamiento actual del euríbor ofrece un cierto alivio para los hipotecados, tras dos años de tensiones y subidas que pusieron contra las cuerdas a miles de familias. Sin embargo, los expertos recomiendan prudencia: la estabilidad del indicador depende de un delicado equilibrio entre la inflación, la política monetaria y las tensiones internacionales.

Por ahora, las previsiones apuntan a que el euríbor se mantendrá cerca de su nivel actual hasta bien entrado 2026. Los hipotecados con revisiones semestrales o anuales seguirán beneficiándose de rebajas, pero el ahorro será cada vez más pequeño. En definitiva, el euríbor ha entrado en una nueva etapa: más previsible, menos agresiva y con un horizonte de estabilidad, aunque aún lejos del alivio total que muchos hogares desearían.