La complicada situación económica que atraviesan miles de familias en España está impulsando cada vez más la búsqueda de salidas financieras que les permitan reducir la carga mensual que soportan en forma de hipotecas, préstamos personales, tarjetas de crédito y otros compromisos. En este escenario, la reunificación de deudas se presenta como una alternativa recurrente, aunque no exenta de riesgos, ya que implica alargar los plazos y terminar pagando mucho más dinero en intereses.
El mercado de la reunificación de deuda baja sus tipos de interés
Según los últimos datos recogidos en el VI Barómetro de Reunificación de ASUFIN, este año el mercado ha reducido ligeramente sus tipos de interés, situando la bajada en un 0,60%, muy por debajo del 1,60% que descendió el Euríbor en el mismo periodo. Esto significa que, pese a la tendencia a la baja en el coste de financiación general, los productos de reunificación siguen siendo más caros que otros instrumentos financieros. Una simulación incluida en el informe refleja con claridad lo que supone esta práctica: pasar de una cuota mensual de 2.321 euros a otra de 708,98 euros, una reducción de más del 70%, puede parecer un alivio inmediato, pero el coste total de la operación se dispara. Frente a los 26.478 euros que se pagarían en intereses sin la reunificación, la nueva deuda se eleva a 119.861 euros, más del triple.
¿Qué es la reunificación de deudas?
La reunificación consiste en agrupar todas las deudas en un único préstamo, con el objetivo de reducir el pago mensual. Puede realizarse con garantía hipotecaria, es decir, vinculando la operación a una vivienda ya hipotecada o libre de cargas, o bien sin hipoteca, recurriendo a un préstamo personal de mayor importe. El atractivo de esta práctica reside en la cuota mensual más baja, que da un respiro a las familias ahogadas por múltiples pagos. Sin embargo, este respiro es más aparente que real, ya que la deuda crece notablemente en el medio y largo plazo.
¿Qué costes tiene?
Reunificar deudas no es gratis. La operación conlleva una serie de gastos que pueden encarecer aún más el proceso. Entre ellos destacan la tasación del inmueble, los gastos de cancelación de hipotecas o préstamos anteriores, notaría y gestoría, además de la comisión de apertura del nuevo préstamo. Si se recurre a una empresa intermediaria, también habrá que pagar sus honorarios. En definitiva, aunque el consumidor perciba una cuota más reducida, la operación implica costes añadidos que deben ser tenidos en cuenta antes de dar el paso.
Ventajas y desventajas de la reunificación vía la hipoteca
Las ventajas más evidentes de la reunificación de deudas son la reducción inmediata de la cuota mensual, mayor tiempo para devolver el préstamo, la posibilidad de acceder a tipos de interés más bajos y no tener que cambiar de entidad bancaria. Todo ello se traduce en una mayor estabilidad financiera a corto plazo y en la sensación de recuperar el control de la economía doméstica. No obstante, las desventajas pesan con fuerza: al prolongar los plazos de devolución, la cantidad total de intereses a pagar puede multiplicarse, convirtiendo la solución en una carga aún mayor a largo plazo. Además, vincular la deuda a la vivienda añade el riesgo de perderla en caso de impago, lo que incrementa la vulnerabilidad de las familias.
Otras posibilidades para reunificar deudas
Frente a la reunificación clásica, existen alternativas que algunas entidades financieras comienzan a ofrecer con mejores condiciones. ING Direct, por ejemplo, ha entrado en este mercado con precios más competitivos, hasta un 45,10% inferiores a los de la mayoría de operadoras. También se pueden explorar vías como negociar directamente con los acreedores una refinanciación parcial, recurrir a la ampliación de un préstamo ya existente o buscar soluciones personalizadas a través de entidades convencionales, que en algunos casos resultan menos gravosas que acudir a empresas especializadas en reunificación.
Una solución extrema ya que la deuda se incrementa de forma considerable
Los datos del barómetro muestran que, pese a la bajada de los tipos, la demanda de reunificación ha crecido de forma más lenta. Entre 2023 y 2024, el número de familias que recurrieron a esta opción pasó de 883.000 a 938.000, un aumento de 55.000. Este año, sin embargo, el crecimiento ha sido más moderado: de 938.000 a 956.000, apenas 18.000 familias más. La utilización de la hipoteca como producto para llevar a cabo la reunificación también ha aumentado ligeramente, del 59,10% al 59,40%, lo que refleja que, aunque se perciban mejores condiciones, esta sigue siendo una fórmula arriesgada. La reunificación de deudas puede ser la salida inmediata para quienes no encuentran otra solución, pero no debe olvidarse que se trata de una solución extrema, pues lo que se gana en liquidez mensual se pierde en la magnitud de la deuda futura.
La reunificación puede hipotecar el futuro durante décadas
La realidad económica de muchas familias españolas, marcada por la inflación, el encarecimiento del crédito y la precariedad laboral, está empujando a buscar salidas como la reunificación de deudas. Aunque esta herramienta ofrece alivio inmediato en las cuentas mensuales, supone asumir un compromiso financiero mucho mayor que puede hipotecar el futuro durante décadas. Ante esta situación, resulta imprescindible valorar todas las opciones disponibles, comparar ofertas, calcular los costes reales y, en la medida de lo posible, buscar asesoramiento especializado antes de optar por una medida que, lejos de ser una solución definitiva, puede convertirse en una trampa financiera de largo recorrido.