La subida del 6,5 % anual de febrero, según el último informe de Tinsa, es una cifra en línea con las elevadas tasas de inflación general de la economía que estamos viviendo. El crecimiento de esta tasa ha sido continuado desde julio del año pasado, aunque el análisis en el corto plazo nos revela algunos signos de moderación.

El valor medio en España se incrementó un 0,4 % respecto al mes anterior, una tasa mensual más baja que la registrada no solo en enero sino inferior también a la de los últimos tres meses, cuando se registraron aumentos en el entorno del 1 % mensual. Esta tendencia de moderación en el último mes se replica en las capitales y grandes ciudades, en las áreas metropolitanas, en las islas y en las localidades más pequeñas de interior.  El único grupo que crece a un ritmo mensual ligeramente superior al del mes pasado es la costa mediterránea. Hay que decir en este sentido, que en el mes de enero fue precisamente el litoral mediterráneo el que quedaba un poco rezagado en el ritmo de evolución de precios respecto al resto de grupos analizados por Tinsa en su informe mensual. La recuperación registradas por la costa este mes confirma que todavía no existe una tendencia clara este sentido.

La evolución mensual está caracterizada por cifras moderadas, que se mueven entre el 0,6 %, en que se incrementó el precio en las áreas metropolitanas respecto a enero y la estabilización en los mercados del interior peninsular y en las islas, donde no hubo crecimiento (0,0 %).

Tras la evolución registrada en febrero y comparándola con el año anterior encontramos  que con ese marco promedio del incremento del 6,5 % en el índice general,  es el grupo de las áreas metropolitanas el que mostró el mes pasado el mayor incremento de precios en los últimos 12 meses: un 7,6 %, seguido de la costa mediterránea, con un 7,3 % de incremento. Febrero deja el grupo de capitales y grandes ciudades como el que menos aumentó sus valores medio en tasa interanual: un 5,4 %.

La guerra en Ucrania y la inflación son incertidumbres que complican dibujar un escenario. La inflación no es una buena noticia a la hora de hablar del poder adquisitivo de los ciudadanos, todo lo contrario. Tampoco la guerra que amedrenta el dinero y le hace buscar inversiones seguras. Pero, por otro lado, la perspectiva de posibles incrementos sucesivos de los tipos de interés en combinación con esa inflación al alza y la volatilidad de los mercados podría incentivar la llegada de ahorro hacia el segmento residencial e, incluso, acelerar algunas decisiones de compra.