Según las tasaciones de Tinsa, el valor medio de la vivienda nueva y usada alcanzó su máximo en el boom inmobiliario en diciembre de 2007, con el índice situado en 2.338 puntos (base 1000 en el año 2001). Este pasado mes de diciembre, cuando se cumplen el decimoquinto aniversario de ese punto de inflexión, el valor medio de la vivienda nueva y usada se situaba un 18,3 % por debajo de entonces.
La brecha se reduce en las ‘Capitales y grandes ciudades’, con un descenso del 17 % respecto al máximo que este grupo alcanzó también en diciembre de 2007, y todavía más en los territorios insulares, donde la caída acumulada desde su máximo (febrero de 2008) es del 10,8%. En el otro extremo, la costa mediterránea, que sufrió un profundo ajuste durante la crisis, se mantiene aún un 30,5 % por debajo del máximo que alcanzó este grupo a la par que las islas, en febrero de 2008. Las localidades más pequeñas de interior y costa atlántica agrupadas en ‘Resto de municipios’, donde la recuperación se inició más tarde y a menor velocidad, se mantiene un 29,3 % por debajo de su máximo valor medio en el pico del boom.
Este grupo, ‘Resto de municipios’, ha visto incrementado el precio de la vivienda un 21,4 % desde que tocara fondo tras la crisis financiera de 2008. Una evolución más lenta que la experimentada por las ‘Áreas metropolitanas’, que se han revalorizado de media un 39 % desde su mínimo (octubre de 2016) o el 43,2% de las ‘Capitales y grandes ciudades’ (febrero 2015).