El sector inmobiliario se está poniendo nervioso con la lentitud que el Gobierno está desarrollando la posibilidad de colocar viviendas a extranjeros a cambio del permiso de residencia y de 500.000 euros de vivienda. Se quejan de que tienen acordadas operaciones de venta de ‘stock’ de pisos con rusos y chinos que no pueden acabar de cerrar porque el anuncio del Ejecutivo de conceder permisos de residencia a extranjeros que compraran pisos en España aún no se ha materializado.

 

A lo que dicen las inmobiliarias y promotores, cuando se haga efectiva la medida propuesta por el Gobierno, puede haber un buen número de operaciones que sólo están esperando ese trámite.

También prevé la residencia para los extranjeros que inviertan en proyectos empresariales que creen puestos de trabajo, tengan un impacto relevante desde el punto de vista socioeconómico o de la innovación científica y tecnológica o compren deuda pública por más de dos millones de euros.

 

Pero no sólo es la concesión del permiso de residencia, sino también tiene que ver en este interés el descenso del precio de la vivienda hasta en un 60% según zonas; lo que está haciendo muy atractivo el mercado inmobiliario español.

 

El prototipo de pisos que están buscando los inversores chinos y rusos son viviendas nuevas, ahora por no menos de 500.000 euros, especialmente, en la costa española. Aunque el mercado chino también está demandando viviendas situadas en el centro de las grandes ciudades españolas, Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza y Palma son sus preferidas, con universidad cercana y bien comunicadas.