Pasada la pandemia y sus demoledores efectos sobre el turismo, que forzó la conversión de muchas viviendas dedicadas al alquiler turístico en alquileres de mayor duración, el fenómeno vuelve a retornar con fuerza en las zonas más turísticas del país. Una de ellas es, sin lugar a dudas, Málaga.

Y en esta provincia, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), ha solicitado a los ayuntamientos el desarrollo de normativas municipales de viviendas con fines turísticos que compatibilicen el desarrollo de un turismo de calidad con los derechos de los residentes al descanso y a la seguridad dentro de un entorno comercial activo y sostenible. OCU Málaga considera que la normativa no da respuesta a la situación actual, marcada por un aumento descontrolado de este tipo de viviendas.

El problema del alquiler turístico en Málaga capital

En Málaga capital, por ejemplo, hay ya registradas casi 9.000 viviendas con fines turísticos, buena parte de ellas concentradas en el Centro Histórico y La Merced. Una cifra que triplica el número de plazas hoteleras en la ciudad y está provocando molestias y conflictoscon los vecinos.

El creciente número de viviendas con fines turísticos en alquiler es un fenómeno que afecta igualmente al resto de localidades: el 94% de los municipios malagueños cuentan ya con este tipo de oferta. Según datos del Registro de Turismo de la Junta de Andalucía, en 13 municipios malagueños hay ya más de una vivienda con fines turísticos por cada diez hogares (teniendo en cuenta 2.5 personas por hogar como apunta el INE).

Es el caso de Benalmádena, Estepona, Frigiliana, Fuengirola, Manilva, Marbella, Mijas, Ojén, Torremolinos, Torrox. Además de Nerja, Casares y Benahavís, donde la ratio es incluso superior al 30%. De hecho, en este último municipio el número de plazas de viviendas con fines turísticos, se equipara casi al de habitantes.

Un mayor control y normativa

OCU Málaga solicita el desarrollo de normativas municipales de viviendas con fines turísticos, al igual que han hecho ya ciudades como Bilbao y Toledo. La organización considera que es preciso impulsar una zonificación por barrios, aprovechando las potestades que tienen los municipios andaluces para el establecimiento de los usos atendiendo a la intensidad turística y preservando el equilibrio entre el derecho a la vivienda y las necesidades de alojamiento turístico.

Mantener un espacio residencial tranquilo

El objetivo, impulsar un tejido residencial tranquilo, cómodo y seguro. Pero también apoyar al comercio local, que pierde parte de su clientela habitual como consecuencia del traslado de la población residente a otros barrios. Así como garantizar la sostenibilidad del espacio público, protegiendo los valores culturales, patrimoniales y medioambientales de la zona. Del mismo modo, debería exigirse unos estándares mínimos de calidad a este tipo de viviendas turísticas, como los relativos a su publicidad y a la información contractual, que ayudarían a prevenir posibles estafas.

Para OCU Málaga resulta además imprescindible aumentar la actividad inspectora sobre este tipo de viviendas, a fin de que los consumidores y usuarios no se vean afectados en sus derechos. Actualmente solo hay siete inspectores turísticos en la provincia, un número del todo insuficiente.