FACUA-Consumidores en Acción ha solicitado al Gobierno que haga permanente el impuesto a las grandes energéticas y trabaje para garantizar el apoyo de sus socios parlamentarios con el fin de consolidar este gravamen, junto con el impuesto a la banca. Este impuesto, que ha demostrado ser una herramienta eficaz para recaudar fondos que beneficien a la sociedad, se encuentra en el centro del debate fiscal actual.
Los beneficios del sector energético siguen disparados
En un contexto de crisis energética y económica, las grandes empresas del sector han mantenido beneficios récord. Según datos recientes:
- Iberdrola, Endesa, Naturgy, Repsol y Cepsa obtuvieron 7.770 millones de euros en el primer semestre de 2024.
- Estos resultados representan un incremento del 12% respecto a 2022, en plena crisis derivada de la guerra en Ucrania.
Estos beneficios, que contrastan con la difícil situación económica de millones de familias, han sido posibles incluso con el abono del impuesto temporal que las grandes energéticas han tenido que pagar en los últimos años.
FACUA considera que la continuidad de este gravamen no solo es necesaria, sino que representa una medida de justicia social que permite redistribuir parte de estos ingresos extraordinarios en beneficio de toda la población.
Una forma de que reviertan una parte de esos beneficios a la sociedad
El impuesto a las energéticas ha recaudado cifras significativas para el Estado, que han sido redistribuidas en partidas presupuestarias destinadas a mejorar el bienestar social:
- 1.164 millones de euros se han ingresado en los dos últimos años solo con el tributo a las eléctricas.
- En total, estos impuestos han generado hasta 2.900 millones de euros anuales para las arcas públicas.
Estos fondos han permitido financiar proyectos esenciales y políticas públicas en áreas como sanidad, educación y protección social. Por ello, mantener estos gravámenes es una medida que busca equilibrar los intereses empresariales con las necesidades de la ciudadanía.
El impuesto a la banca y a las energéticas debiera ser permanente
FACUA ha destacado que tanto el impuesto a las grandes energéticas como el de la banca deben consolidarse como herramientas fiscales permanentes. Aunque inicialmente se plantearon como medidas temporales, la organización argumenta que:
- La crisis social persiste: Las desigualdades económicas y las dificultades para acceder a servicios básicos, como la energía, justifican la continuidad de estos impuestos.
- Inyección presupuestaria crucial: Los ingresos derivados de estos gravámenes son esenciales para mantener las partidas sociales.
- Beneficios récord: Ni el sector energético ni el bancario han visto mermadas sus cuentas debido a estos impuestos, demostrando su sostenibilidad económica.
En este sentido, FACUA ha instado al Gobierno a alcanzar acuerdos suficientes con sus socios parlamentarios para garantizar que ambos gravámenes se mantengan de forma indefinida, fortaleciendo el sistema fiscal español.
Los lobbies de presión de estas compañías trabajan para eliminar estos impuestos
Pese a su impacto positivo en las cuentas públicas, los impuestos a las energéticas y la banca enfrentan una fuerte oposición de los lobbies empresariales:
- Presión legislativa: Estas compañías han intensificado su influencia para eliminar estos gravámenes, argumentando que su existencia afecta a la inversión y la competitividad.
- Apoyo político limitado: Aunque el Gobierno ha conseguido el respaldo de partidos como ERC, Bildu y BNG para prorrogar el impuesto hasta 2025, aún necesita el apoyo de otras fuerzas políticas para hacerlo permanente.
FACUA advierte que sucumbir a estas presiones representaría una merma considerable en los ingresos del Estado, perjudicando a la población más vulnerable.
El debate político: entre la prórroga y la permanencia
El lunes 18 de noviembre, el Ejecutivo anunció un acuerdo con ERC, Bildu y BNG para prorrogar el impuesto a las energéticas hasta 2025 mediante un real decreto ley. Sin embargo, el Gobierno aún necesita los votos de Junts y Podemos para consolidar esta medida.
En paralelo, las negociaciones en la Comisión de Hacienda sobre el paquete fiscal y la transposición de la directiva europea para regular el tipo mínimo de las multinacionales han marcado el ritmo del debate político.
FACUA insiste en que el Gobierno debe aprovechar este contexto para consolidar ambos impuestos como herramientas fiscales permanentes que refuercen el compromiso del Estado con la redistribución de la riqueza.
La responsabilidad social y el futuro del sistema fiscal
FACUA-Consumidores en Acción subraya que los impuestos a las grandes energéticas y a la banca no solo representan una medida de justicia social, sino que también son una herramienta clave para garantizar la sostenibilidad económica.
Claves para su permanencia:
- Compromiso político: Alcanzar acuerdos con los socios parlamentarios que prioricen el bienestar de la población sobre los intereses empresariales.
- Regulación efectiva: Fortalecer los mecanismos de recaudación y redistribución para maximizar el impacto social de estos impuestos.
- Concienciación ciudadana: Promover el debate público sobre la importancia de mantener estas medidas fiscales como parte de un sistema más equitativo.
En un momento en el que millones de familias enfrentan dificultades económicas, garantizar que las empresas con mayores beneficios contribuyan a la sociedad es una responsabilidad ineludible.
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