El cambio climático es una realidad innegable que está teniendo un impacto cada vez mayor en nuestras vidas y en el medio ambiente que nos rodea. Inundaciones, incendios incontrolables, sequía, récord de temperaturas, lluvias torrenciales, riadas y la subida del nivel del mar. La crisis climática es el mayor reto al que se enfrenta la humanidad. Los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes a causa de la acción humana y también su virulencia.

Estos fenómenos tienen consecuencias significativas para el sector inmobiliario y la vivienda en España, especialmente en aquellas áreas que son vulnerables a inundaciones y que se encuentran también entre las de mayor presión urbanística. En este artículo, exploraremos las consecuencias del cambio climático para las viviendas edificadas en zonas inundables en España, tanto en la costa mediterránea como en zonas del interior. El problema inmobiliario con las zonas inundables se está incrementando.

Presión Urbanística en Zonas Inundables: Primera Línea de Costa o Terrenos Ganados al Mar

Una de las principales preocupaciones en relación con las viviendas edificadas en zonas inundables en España es la presión urbanística en estas áreas. La demanda de viviendas en la costa mediterránea y en primera línea de playa ha llevado a la construcción de numerosas urbanizaciones en terrenos que son propensos a inundaciones por estar edificadas cerca de rieras o de la línea costera. Además, la práctica de ganar terrenos al mar mediante la construcción de diques, espigones y paseos marítimos ha aumentado la exposición de viviendas a los efectos de la subida del nivel del mar. El mar no retrocede, es una ilusión que puede durar sólo unos años.

Se estima que en la España inundable puede haber más de un millón de viviendas, es decir, más del 5% del total. Y su número no deja de crecer porque nos empeñamos en la “primera línea de mar” o zonas planas y los promotores tienen muy en cuenta estas preferencias. También lo ayuntamientos, que contemplan estos terrenos como una riqueza del municipio y no entienden que la situación puede ir empeorando cada año. Hay pueblos enteros dentro del perímetro de alcance de posibles riadas, así como kilómetros y kilómetros de nuevas urbanizaciones bajo amenaza de inundación litoral.

La regulación para las construcciones en áreas de riesgo llegó muy tarde, en 2008, justo después de la burbuja inmobiliaria. No fue hasta 2007 que se adaptó la normativa europea sobre zonas inundables; el Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables no estuvo listo hasta 2010, y el concepto de Zonas de Flujo Preferente, que conlleva más restricciones en cuanto a la urbanización, es de 2016. Los nuevos mapas cartográficos han provocado la paralización cautelar de decenas de proyectos urbanísticos que estaban en estas zonas, lo que tiene revueltos a no pocos alcaldes y constructores. No todo el terreno es edificable y el riesgo es inasumible porque cuando sucede la catástrofe nadie quiere saber nada de sus responsabilidades. El problema inmobiliario con las zonas inundables es muy real y de momento hay todavía mucha venda interesada en los ojos.

Subida del Nivel del Mar y Efectos Combinados de las Mareas y los Temporales

La subida del nivel del mar es una consecuencia directa del cambio climático y tiene un impacto significativo en las viviendas situadas en zonas costeras. A medida que el nivel del mar aumenta, las áreas bajas y las viviendas cercanas a la costa se vuelven más vulnerables a las inundaciones, especialmente durante las mareas altas y los temporales. Esto pone en peligro no solo las viviendas, sino también la infraestructura y la calidad de vida de las comunidades costeras. Pero resulta muy complicado informar que las zonas más caras de la costa, esas cercanas o encima de las playas, están entre las de mayor riesgo y que en unos años podrían tener el agua en la puerta.

La modificación del ministro Cañete llegó en 2013 y rebajó la protección que hasta entonces había gozado la costa para favorecer las actividades económicas, disminuyendo la salvaguarda de los 100 a los 20 metros de la marea más alta. Con ello se permitió la regularización, el indulto lo llamaron luego, de 12.800 viviendas edificadas en el dominio público, consideradas ilegales por la anterior legislación y condenadas a la piqueta. Además 140.000 viviendas podrían acogerse a la amnistía de obras. Pero el mar no parece vaya a ser tan indulgente y recuperará lo suyo.

Según los datos del Observatorio de la Sostenibilidad, las provincias del litoral mediterráneo y atlántico más afectadas por las subidas del mar en un periodo de retorno de 10 años son Cádiz, Girona, Barcelona y València. En estas zonas el problema inmobiliario con las zonas inundables es muy real.

Construcción en Cauces de Ríos: Limpieza de Cauces y las Riadas

Otro problema relacionado con las inundaciones en España es la construcción en cauces de ríos. Muchas viviendas se han edificado en zonas que históricamente han sido propensas a riadas. La limpieza inadecuada de los cauces, con basura que nadie recoge y la urbanización cerca de los ríos han aumentado el riesgo de inundaciones repentinas y devastadoras. Las riadas pueden tener consecuencias catastróficas para las viviendas y las vidas de las personas que residen en estas áreas.

En España se ha construido demasiado cerca de los ríos y sobre las llanuras de inundación, zonas planas, contiguas a los cauces fluviales y que suelen ser muy interesantes para urbanizar, porque además suelen estar libres. No todo son viviendas, que también los municipios las eligen para las infraestructuras comunes, como hospitales, polideportivos, estructuras de ocio…

En 2001, Ecologistas en Acción consiguió incluir un artículo clave en la Ley del Plan Hidrológico Nacional. Es el artículo 28 que obliga a las administraciones a eliminar todas las obras realizadas en cauces y zonas inundables de riesgo. A la retirada de las edificaciones ya construidas, también contemplan otras, como »recuperar la vegetación de la ribera para ralentizar la fuerza del agua en la crecida; modificar las prácticas agrícolas; y quitar diques y motas que generan una sensación de seguridad que luego no es real.

A pesar de la legislación, la situación continúa emporando.

Han pasado diecisiete años de la aprobación de ese artículo 28, y ¿qué han hecho las administraciones? La gran mayoría nada. Algunos gobiernos autonómicos han localizado sobre un mapa las edificaciones en zonas de alto de riesgo, mientras el Ejecutivo ha realizado un listado de todas las zonas inundables del país, diferenciando entre periodos de retorno (estimación de probabilidad de repetición) de 10, 100 y 500 años.

Sin embargo, no hay ningún avance en la eliminación de construcciones tal y como indica la normativa. Resulta conflictivo. A consecuencia de esta inacción, el número de edificaciones en zonas de riesgo sigue aumentando. El propio Ministerio para la Transición Ecológica estima que 710.000 personas tienen sus viviendas en zonas inundables, dentro del periodo de retorno de 10 años.

En octubre pasado tuvo lugar la tragedia de Sant Llorenç, en Mallorca, en la que murieron trece personas. La zona donde se produjo estaba considerada como de alto riesgo. Otra vez, se vuelve a reclamar el cumplimiento de la normativa y que se dejen los cauces y zonas inundables libres. En el Consejo Nacional del Agua se interpeló a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, para que aplicara el artículo 28 del Plan Hidrológico Nacional y procediera a demoler las construcciones en estas zonas. Su respuesta fue calificar la petición como compleja.

La Emergencia Climática se Traduce en Episodios Más Violentos de Lluvias Torrenciales

La emergencia climática está llevando a la aparición de episodios más violentos de lluvias torrenciales, como las derivadas de las DANA (Depresiones Aisladas en Niveles Altos). Estos eventos extremos pueden causar inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra, lo que pone en peligro la seguridad de las viviendas y de quienes las habitan. La infraestructura de drenaje y defensa contra inundaciones existente diseñada hace años cuando los riesgos eran menores, resulta insuficiente para hacer frente a estas lluvias intensas. Además, se han continuado eliminando los sistemas naturales con vegetaciones ribereñas, meandros y zonas inundables que servían de amortiguación a los efectos del agua, con lo que la situación proseguirá empeorando. El premio han sido nuevos terrenos para edificar y el castigo la catástrofe cuando llega.

La España Inundable: La Bajada de las Tasas de Retorno de 100 a 10

Uno de los cambios más significativos en la gestión de inundaciones en España es la bajada de las tasas de retorno de 100 a 10. Esto significa que se considera que una inundación que antes ocurría una vez cada 100 años ahora puede ocurrir cada 10 años. Este cambio refleja la realidad del aumento en la frecuencia de eventos extremos y tiene implicaciones importantes para la planificación urbana y la seguridad de las viviendas en zonas inundables.

Zonas de Inundación Marítima: El Mayor Peligro en las Zonas de Flujo Precedente

Tras décadas de escasa regulación en la materia, lo que ha llevado a una urbanización desordenada y desmedida en zonas inundables –especialmente en la costa–, en 2016 se introdujo un nuevo concepto: las Zonas de Flujo Preferente. Estas describen aquellas áreas más acotadas que no solo se inundan de agua cuando hay una riada, sino que cuando ocurre lo hacen de forma violenta. Entre los criterios que se tienen en cuenta está que el agua supere el metro de altura y que su velocidad sea de al menos un metro por segundo para un período de retorno de 100 años.

Las zonas de inundación marítima, donde el mar se desborda hacia tierra firme, representan uno de los mayores peligros para las viviendas en la costa. Los efectos combinados de la subida del nivel del mar, las mareas y los temporales pueden causar daños graves en estas áreas. La construcción de urbanizaciones a pie de playa y la falta de medidas de adaptación aumentan el riesgo para las viviendas y sus habitantes. Muchas de las  Zonas de Flujo Preferente se encuentran en esas “primera líneas” tan solicitadas y vendidas. Aquí el problema inmobiliario con las zonas inundables es mucho más visible, pero la especulación y la inacción para tomar unas medidas impopulares son el problema cotidiano; nadie quiere ir en contra de la riqueza que representan el turismo y la construcción.

Costa Asfaltada y Encementada: Escolleras y Obstáculos a la Fuerza del Mar que Dan Falsa Seguridad

La urbanización intensiva en la costa ha llevado al asfaltado y el encementado de áreas que antes eran permeables. Además, la construcción de escolleras y obstáculos para mitigar la erosión costera y crear playas artificiales a veces crea una falsa sensación de seguridad. Estas medidas pueden tener un impacto negativo al aumentar la vulnerabilidad de las viviendas ante el embate del mar, que tiende a recuperar su espacio natural. Los esfuerzos de regeneración de las playas que emprenden los ayuntamientos cuando llega la temporada turística, resultarán cada vez más baldíos y los dragados suelen tener efectos contraproducentes. Pocos entienden el flujo que deben tener las arenas en la costa y todo, también la seguridad, queda supeditado a tener esos metros de arena de playa para el verano.

El mayor riesgo en el litoral mediterráneo

Desde la Costa Brava, hasta el Golfo de Cádiz y la costa baja de Huelva, pasando por la famosa Costa del Sol, el litoral mediterráneo y el atlántico andaluz son unos de los frentes considerados de mayor riesgo en el futuro. En la zona se juntan varias problemáticas. De entrada, las urbanizaciones más a pie de playa suelen estar en zona inundable. A ello se le suma la subida del nivel del mar, ya detectada, y que en las próximas décadas se incrementará debido al aumento de las temperaturas, hecho que provoca que las playas sigan retrocediendo… Y todo en un frente marítimo que está densamente construido –casi la mitad del litoral tiene cemento y asfalto–, repleto de antiguos torrentes, hoy secos, que se transforman fácilmente en ríos.

Con todo ello llevamos conviviendo muchos años, con sustos espaciados en el tiempo y para los que había una cierta preparación y seguridad.  Sin embargo, todo está cambiando. Se nos lleva advirtiendo hace ya mucho que nuestro país iba a ser uno de los más afectados en la cuenca mediterránea por el cambio climático y hasta ahora se ha hecho poco caso a las advertencias, al menos desde las distintas administraciones. Lo que va a tener que cambiarse, porque los gastos e inversiones necesarios para paliar los efectos de los temporales, comienzan a incrementarse y a ser poco sostenibles.

Las DANAS y los temporales marítimos aumentarán su frecuencia

El calentamiento global está influyendo en el sistema de circulación de las masas de aire, la llamada corriente en chorro, que fluye de este a oeste y que tan sólo se veía afectada por el efecto de Coriolis, está sufriendo mayores perturbaciones y trayendo aire caliente del sur al norte, con flujos discontinuos que dejan la posibilidad de que también bajen corrientes de aire frío del norte. Este complejo y nuevo sistema está provocando una mayor frecuencia de DANAs  y borrascas intensas sobre la península.  Al producirse sobre el mar, el descenso barométrico hace subir el nivel del agua, llegando, como en la famosa Gloria de hace unos años, a medirse casi un metro. Lo que fue considerable si tenemos en cuenta la escasa variación de las mareas en el Mediterráneo

La deconstrucción y la retirada comienzan a tener fundamentos

Es hora de ir pensando en cambiar de actitud y buscar soluciones naturales y sostenibles: reforestación, restauración de las zonas inundables, limpieza de cauces,  retrasar la primera línea, eliminación de dragados, escolleras y espigones, para una mejor circulación del natural flujo de arena,  incorporación de sistemas dunares y de marismas donde las hubo…La defensa del litoral no es fácil, ni se puede lograr de la noche a la mañana, tampoco podemos proteger todo el litoral con muros, diques, esclusas y compuertas, pagados con dinero público para beneficiar el negocio privado, pero nuestra principal actividad económica está ligada a este litoral mediterráneo y esa es una realidad que hay que tener en cuenta.

En su momento Gloria batió todos los récords de anteriores temporales en altura de olas, precipitaciones de agua y nieve, vientos…Las DANAS que se han sufrido en el Mediterráneo oriental, Grecia, Turquía, Bulgaria, Libia…han batido también todos los récords. Pero llegarán otros fenómenos meteorológicos que los superarán y hay que prepararse. Ya se comienza a hablar de deconstrucción y retirada.

Periodista económico

Eduardo Lizarraga

WWW.AQUIMICASA.NET